Según mi mente retorcida, este capítulo ya está editado. Si encuentran alguna falta ortográfica, pueden decirme con un comentario. En serio se los agradecería mucho.
♥
San Francisco.
Un lugar que suele ser fascinante para muchos, pero no para mí.
Realmente no encontré algo especial en la ciudad como los demás, principalmente por su inestable clima, el cual detestaba. Era por eso que si tenía la oportunidad de alejarme del lugar en donde crecí, la tomaba, aunque fuera por unas semanas. Así fue como acepté ir a Minnesota para visitar a mis tíos y a sus dos pequeños hijos, arriesgándome a tener que cuidar de ellos.
«Nada mal para una niñera primeriza».
Sin embargo, agosto estaba a punto de terminar, lo que significaba que tendría que volver a la ciudad para continuar con mi rutina de siempre. Entonces, con una mochila sobre los hombros y el celular en mano, bajé del avión para caminar hacia el interior del aeropuerto e ir por mi maleta antes de tener que buscar a mi madre. Eso sería una tarea sencilla, pues me había mencionado que la encontraría en el mismo lugar donde nos despedimos.
Por suerte, y menos mal, recordaba el punto exacto.
Tropecé con varias personas en el recorrido, todas parecían apresuradas como si de un maratón se tratara; sin embargo, pude visualizar a la mujer hablando por teléfono que, incluso así, parecía tratar de buscarme entre la muchedumbre.
—¡Mamá, aquí! —grité a la vez que agitaba la mano para ayudarla a encontrarme.
Al parecer logró escucharme, ya que halló mis ojos mirándola con tranquilidad.
Nos acercamos la una a la otra y, antes de poder saludarla, se despidió de la persona con la que hablaba.
—Aria, cariño —. Me abrazó fuertemente—. Te extrañé tanto. Creí que soportaría tenerte lejos, pero fue más complicado de lo que imagine.
—Digo lo mismo, mamá —hablé al separarnos—. Pero te agradezco, pensé que no me dejarías tomar un aliento.
—Fue una decisión difícil, lo admito —. Sonrió, quitándome la maleta de la mano para ser ella quien la llevara—. Aunque no fue tan difícil como soportar a tu tía. ¡Me envió un trillón de fotos durante todos estos días!
Sus palabras me causaron gracia a pesar de que lo esperaba.
—Por cierto, ¿con quién hablabas? —inquirí—. Parecías algo nerviosa desde lo lejos.
Comenzamos a caminar en dirección al estacionamiento, esquivando de nuevo a toda la gente en el aeropuerto.
—Nada interesante —suspiró—, sólo trabajo.
—¿En serio?
—Claro, no hay de qué preocuparse —aclaró sin sonar convencida.
Ya en el auto, comenzamos con el camino a casa sumergidas en una plática de lo necesario y genial que fue mi viaje.
Y juro que no odio la ciudad en donde crecí, solamente me parecía demasiado normal a comparación de las opiniones de los demás, sobre todo de los turistas. Es decir, tiene paisajes y lugares maravillosos, pero cualquier otra ciudad cuenta con eso. Sencillamente no encontraba esa chispa que las personas decían que tenía y tampoco ansiaba por hallarla algún día. Por ello, pretendía ir a una universidad en otro lugar que no fuera San Francisco, a pesar de que aún no estaba cien porciento segura de lo que realmente quería para mi futuro.
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Primer Y Último Amor © - RETOMADA
Teen Fiction❝ Prometo aventurarme en está travesía que muchos llaman amor y otros tantos cursilería.❞ Aria no quiso enamorarse, tenía miedo de aquello que llaman amor y salir lastimada o lastimar a quien ama. Y aunque suene extraño, ella estaba dispuesta a no e...