Prólogo.

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La diferencia económica entre clases sociales de distinto rango siempre ha sido un pilar fundamental para la sociedad, un pilar indestructible. Ella, mi adorada Paige Martin, es una niña consentida que con tan sólo 16 años ya está realizando diversos desfiles de modelos, que a su vez compagina con sus estudios en la escuela de arte dramático. Lógicamente, con dinero de por medio todo es posible.

Su padre, que no respeta nuestra amigable relación, procura separarnos con numerosos impedimentos. Pues según él: un bohemio como yo, no está a la altura de su única hija, ya que considera que un joven millonario sin estudios la hará mucho más feliz que un mindundi como yo.

Me llamo Owen Wright. Tengo 17 años y nací en Suiza. Dejé de estudiar hace un año, pues lo que a mí me apasionaba no era otra cosa más que la música. Adoro componer. Adoro conmover con mi voz a todo el que se cruza en mi camino. Por ello, me conocen como el bohemio.

Para mí no significa nada que Paige sea una bella joven millonaria, pues lo que admiro de ella es la humildad que desprenden sus ojos. Nunca ha estado de acuerdo con las crueles distinciones sociales que su padre pretende imponerle, ya que para ella lo más importante no es ni la clase social ni el dinero, sino la bondad de las personas que están junto a ti sin ningún interés oculto.

Pero obviamente la vida no es fácil, y aunque suene cruel decirlo, la maldad siempre estará vigente para dañar, humillar, hundir. La maldad seguirá reinando mientras la malicia de personas como el señor Martin esté de por medio, pues susodichos como él miran nada más por su egoísmo propio y no se percatan del daño que ocasionan a seres que llevan su sangre menos canalla, como mi añorada Paige.

Dicho esto, ¿te gustaría descubrir cómo se tergiversan nuestros mundos bajo una fachada teñida por el más vil egoísmo?💰

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