"La curiosidad mató al Heterosexual"

"Su aroma en mí"

"Ha sido hermoso, Frank tenías razón"...

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Desperté.
Sonreí a la vez que sentía pequeños toques en cadera y hombros, era parpadear y ver flashback de la anoche pasada.
Le he dicho a Frank y este se ha reído.
Regresé a la cama después de darme una ducha.
-... William.
Dijo Samuel al asomar apenas sobre la almohada.
Su cuerpo desnudo seguía siendo algo de que sorprenderme.
No podía verlo directamente. Lo se es bobo pero era lo que acontecía.
-Te besaría pero quisiera bañarme y lavarme los dientes primero.
Se sonrió.
Asentí al verlo ponerse de pie. Visualice sus tatuajes.
Eran una obra de arte que antes dije odiar, se detuvo en la ventana.
Sus ojos claros y sus cabellos despeinado. Ese tic instantáneamente ocurrió, se peinaria con sus dedos hacia atrás.
Fueron segundos que inmortalice en la memoria.
-Estas bien?
Diría él al darse cuenta que lo observo.
-...
No respondí con palabras, me acerqué y lo bese. Que más daba si aún no se duchaba.
-Que fue eso?
Respondió en el beso.
-Nervios. Cómo se supone que le explique a mamá algo que evitaba.
Tomé su mano y lo llevé hasta el baño.
-No demores que prepararé el desayuno.
Cerré su puerta, y dejé su pantalón con una de mis camisas ya que la suya la lave con la ropa interior.
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En la mesa ya desayunando las cosas fueron distintas.
Él tomaba su chocolate ya que odio el café y mamá no lo puede tomar.
Bajó la taza y mencionó.
-Has tenido consideración conmigo. Nadie se había interesado de esa manera, siquiera pensaría tanto en las consecuencias aunque claro está que eso te afectaría.
Su tono cambió a nostalgia.
-Es que realmente me importas, no tienes ni idea de las veces que he hecho algo por amigos que vi como algo más y que nunca se dió. Con decirte que me sacaron de sus vidas.
-Gracias William...
El beso entonces lo sentí con sus sentimientos. Sé que suena cursi pero si es que el instante era así tal cual.
-No renuncies, necesitas el trabajo.
Quizá pocos lo entiendan. Era enviar a caperucita con el lobo ya sabiendo que se la iba a comer.
Pero este lobo no sabía que esa caperucita se sabía defender y que muy aparte no estaba sola. Ya no más.
-Que gracioso, que bobo que eres al seguirte preocupando por mí.
-Ya ves...
Sonreí al despegar nuestros labios.
-Tu mamá estoy seguro que sabe a lo que venía. Me dió las llaves segura pero al decirle que te trataría bien se sorprendió.
-Es que ella no sabe nada.
-Estoy seguro que sospecha y pues si no lo hacía ahora está convencida.
-Joder...
Suspiré.
-Tranquilo, ella me verá más seguido en tu casa.
-Y eso?
-Vendré a cortarte el cabello a domicilio.