Fin de la historia

24.6K 377 33
                                    

Como despues de mucho tiempo sin gozar de un macho, tres amigos de oficina de mi marido aprovechan un borrachera y me disfrutan toda una noche mientras mi marido duerme placidamente.

Sigo con mis encuentros y poniéndole a mi querido Ernesto sus buenos cuernitos, cada que se me presenta un buen macho, pobre de mi querido marido quien lo manda a no cogerme rico y gozar de esta hembra que cada día quiere más y más verga, pero bueno con mi marido tengo lo que toda esposa ama de casa desea, y yo por supuesto me encargo de buscar quien me llene mis dos hoyitos de rica leche.

Después de aquel día tan fascinante cuando fui poseída por tres hombres, primero mi doctor y más tarde, mi suegro y su amigo, pasaron un par de mees sin tener ningún desliz, y con lo poco que mi marido me daba la verdad me sentía como leona enjaulada, cada mañana después que mi marido salía al trabajo empecé a extrañar muchísimo las ricas cogidas que me daba don Raúl pero la realidad era otra mi primer macho quien despertó en mi la hembra dormida ahora se encontraba lejos de mi, y mi encuentro con mi suegro me pareció demasiado arriesgado para seguir con ellos no podía perder lo que tenía con mi querido Ernesto y puse distancia a esa situación. Y solo me quedaba el recuerdo de tan rica y larga enculada que me dieron mis amantes, tal vez era hora de cambiar y volver a ser la esposa sumisa que era y aguantarme con lo que mi marido podía darme, ¿Podría aguantar? Donde tendría que guardar tanta calentura que hay dentro de mí, esa situación si en verdad me espantaba. Jajajaja. Pero mi cuerpo pedía a gritos un buen macho, alguien que pudiera gozar este rico culito.

Mi rutina diaria seguía como siempre por las mañanas preparar el desayuno para mi querido cornudito, y después ir al gym a poner en forma este cuerpo para seguir deleitando a cuanto caballero volteaba a verme, me encantaba imaginar cómo los tipos me comían con la mirada cuando caminaba por la calle o cuando iba al gym, claro me ponía mis lycras las cuales contorneaban deliciosamente cada curva de mi cuerpo, para mi fortuna desde hace un par de semanas a la hora que iba empecé a coincidir con dos tipos, algo maduros, no sé como de unos 35 o 38 años de edad, seguramente un par de ejecutivos, los cuales por las horas de trabajo lucían un cuerpo espectacular, verlos ahí junto a mi, trabajando sus músculos me imaginaba siempre ser poseída por esos dos machos, casi podía oler su transpiración, ver recorrer su sudor por cada centímetro de esos brazos enormes y esas piernas poderosas súper marcadas, y lo que me volvía loca ver su torso desnudo luciendo esos pectorales y esas abdominales, wuuooo encendía todo mi interior y claro no podía dejar de deleitarme con sus ricas nalgas tan firmes y redondas, jajaja por supuesto nada que ver con mi rico culito, ese si que es redondito y está bien firme, valla mis horas en el gym me han costado, ver ese par de machos, si que eran un sueño para cualquier mujer,, me preguntaba que tendrían debajo de esas bermudas, tendrían buena herramienta, pues era cuestión de averiguar, en cuanto tenía la menor oportunidad siempre trataba de enseñarles un poco de más, en vez de mis lycras empecé a llevarme un mini short, con el cual podían apreciar y deleitarse con mis piernas y algo de mi rico culito ya que la prenda apenas tapaba mis nalgas y cuando me agachaba claramente podían ver la mitad de mi culito redondito, era un placer ver cómo me comían con la mirada, a pesar de todo nunca me dijeron palabra alguno, a distancia se podía apreciar que eran un par de caballeros con toda la palabra, seguramente a su lado tendrían un par de bellas esposas, y así pasaban los días, y mi sequia no terminaba y pareciera que el fantasmas de ser una ama de casa sumisa y encerrada en su hogar me estresaba y me ponía de malas, como y donde podría encontrar a un hombre para apagar mi fuego. En ese mismo instante recibí una llamada era Ernesto, era raro que llamase a esa hora estaba a punto de ponerme a hacer mis labores de hogar, y en un tono un poco nervioso me comento que saliendo de la oficina y siendo cumpleaños de un compañero que venía de otra ciudad, se iban a ir a un bar a festejar, de inmediato me moleste y le dije.

Recien casada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora