Un amor inesperado

CAPÍTULO 4 - La llamada que llegaría

*narra chos*
Estábamos dándolo todo el uno por el otro en la cama mientras Baloo nos mira fijamente, llegamos a la conclusión de que tenía hambre y le dimos su comida mientras seguíamos practicando el coito.

Llega la hora del cigarrillo post sexo y decidimos tras acabarlo ir a ducharnos juntos, pero en el momento que estábamos enjabonando nuestros cuerpos, el uno al otro, con una sensualidad que ni a la canción de Bad Bunny tendríamos que envidiar, recibimos una llamada, la cual no nos enteramos, y, obviamente no cogimos.

Nos disponemos a salir de la ducha y a comer unos ricos gofres con nutella cuando nos dimos cuenta de que habia alguien en casa, asustados cogimos lo primero que teníamos al alcance de nuestras aún tras la ducha pegajosas manos, un consolador todavía más pegajoso.

Decidimos ir a investigar a la cocina, y nada más pasar la puerta, ¡Ahí estaba! Le metimos el consolador por la boca hasta que empezamos a oir arcadas en tono diverso.

-¡Cerral!, gritaba yo.
-¡Frey!, gritaba Tuya.

Efectivamente, le acababamos de meter un consolador por la boca hasta el fondo a nuestra queridísima amiga Cerral, de nuestro grupo de amigos, el Dream Team.

Hubo un momento de silencio sepulcral, hasta que me quejé del frío que hacia, y nos dice Cerral con cara de asco, -Caro chus, normal que paséis fríu, táis en pelotes col fríu que fae, ¡Y con la ventana de la cocina abierta! ¡Mas babayus nun podéis ser!