Capítulo 0 la muerte del maestro

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En la tierra donde vastas criaturas acechan a los más débiles. El lugar para el más fuerte, la interminable sangre del débil sobre las plantas hizo coger a la vegetación un tono rojizo apagado. La guerra entre expertos en artes marciales de más de mil especialidades. Había quienes su fuerza bruta era inconmensurable, los artistas marciales de armas podían dividir los cielos y abrir los mares y muchos más. El continente entero cayó fatalmente como si fuese un escenario de artes marciales. Solo los más fuertes lucharon abiertamente y de billones de habitantes esos fuertes solo llegarían a cinco mil.

Incluso las ciudades y pueblos con las artes del alma podían crear objetos capaces de evitar las repercusiones de la batalla. Millones murieron año tras año y pueblos quedaron desoladas, no solo eso, ciudades fantasma. Había veces que ni siquiera quedaba el polvo en lugares que habían estado habitado. De la noche a la mañana una ciudad podía desaparecer por un combate entre dos artistas marciales.

Nadie sabe que fue el fuego que prendió la mecha pero no hubo quien daba su brazo a torcer. Innumerables años se siguió con la guerra a gran escala de los artistas marciales y uno de ellos, Zeth Throner, era uno de los cien mejores del continente.

Era alguien que su renombre podría haberse extendido por el continente ganando increíbles tesoros de calidad legendarios. Podía haber tomado para sí mismo cientos de mujeres y bañarse en dinero —como hacían los otros arrogantes— pero en cambio abrió una escuela. Aunque tenía cerca de cincuenta discípulos su barba siempre se movía feliz del orgullo que tenía cada vez que los veía entrenar duro. Su risa era de anciano pero su espíritu seguía tan vivaz como en su época más fuerte.

La vida era feliz en un rincón del continente, luego de que en su vida hubiera explorado todo lo que era de su atención. Un día fue metido en una pelea entre dos artistas marciales cerca del pueblo donde residía, luego de unos intercambios de técnicas los ahuyentó de su zona pero su escuela no había terminado bien. Todos sus alumnos fueron alcanzados por las poderosas técnicas de sus oponentes dejándolos irreconocibles.

La ira, el odio, la debilidad, la tristeza, todas las fuertes emociones que inundaron su interior le cambiaron bruscamente. Zeth Throner no hizo nada pero se estaba preguntando si por eso mismo estaba en esta situación. Que era lo que tenía que hacer si no le quedaba nada, sin familia sus únicos discípulos podían haber sido más importantes de lo que él mismo creía.

Ya había vivido suficiente para un anciano de más de doscientos años, no había nada por lo que vivir. Pero su pecho le estaba ardiendo, todas las emociones de pérdida por sus alumnos hicieron encender su intención asesina.

El artista marcial de las nueve lunas plateadas se dirigió al centro del continente. Con sus técnicas arrasó con todos los artistas marciales en su camino, daba igual si se cansaba, se hería o era emboscado. Por mucho que estuviese pasando su camino siguió para terminar con todos los demás artistas marciales.

"…Me apartaron a mis discípulos. —¡Lucha!— He perdido mi motivo de existencia —¡Lucha!— quiero dejarlo y no sentir este sufrimiento por mayor tiempo —¡Lucha!— Pero mi alma no me dejará darme por vencido."

En el final de su vida ya no podía hablar más que para sí mismo, fue rodeado por un par de cientos de artistas marciales mientras que se encontraba herido y cansado. Sus manos ya habían tomado las vidas de muchos otros durante su viaje y al parecer lo etiquetaron de malvado.

En el borde de su visión pudo ver como la relación del discípulo por su maestro al borde de la muerte era genuina. Un maestro de artes marciales se estaba despidiendo mientras el discípulo lloraba por él.

"Si tan solo ahora me encontrase con mis queridos discípulos, no podría mirarles a la cara —¡lucha!— todos los artistas marciales de aquí son en su mayoría causantes de la gran guerra —¡¡Lucha!!— ¡Por estos tipos tuve mi sufrimiento y la muerte de mis discípulos! —¡¡LUCHA!!— ¡Me llevaré a todos los que pueda con estas dos manos! ¡¡Prepárense!! ¡¡Los mataré a todos!! —¡¡LUCHA!!—"

Sus técnicas eran más fuertes que la mayoría pero su destino era inevitable ante tanta fuerza punitiva. En sus últimos momentos se llevó consigo a más de veinte artistas marciales de gran poder. Después de vencer ninguno de los presentes lo consideró una victoria, habían sido inferiores y tuvieron que terminarlo con números. Este último combate terminó siendo recordado como la batalla del demonio de las nueve lunas.

Luego dió inicio a una alianza entre los artistas marciales que lucharon en la batalla prosperando con sus descendientes por cerca de miles de años. Luego de eso… algo pasó que derrocó una era y civilización entera de ese contiene y sus billones de personas.

World MasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora