❀happy❀《heimy》

❀ice cream❀

Heidi sonreía mientras Jimmy hablaba, ambos habían ido a una heladería por la cita que el chico le había pedido, ambos se notaban claramente alegres.

La castaño pidió un helado de vainilla con sirope de chocolate, en cambio, el castaño pidió una de pistacho y nueces. Heidi se sentía feliz, cuando estaba con Jimmy olvidaba sus problemas por completo, se sentía querida y comprendida.

—Realmente me agradas, Jims.—El chico sonrió mostrando sus aparatos dentales sintiendo sus mejillas ligeramente rosas.

—También me agradas, H-heidi.—La chica sintió sus mejillas rosas y sonrió torpemente.

Y claro, no pudieron faltar los chistes de Jimmy, la chica del gorro rosa no podía dejar de reír, le encantaba esos momentos con Valmer, y a Valmer le encantaba la risa y las sonrisas de Turner.

Heidi sonrió mientras miraba de reojo las otras mesas, de repente sus ojos se fijaron en una y abrió los ojos notablemente, de inmediato tomó el menú para esconder su rostro, Jimmy la miró confundido.

—¿Qué p-p..pasa Heidi?—Preguntó preocupado y confundido.

—Escondete, rápido.—Dijo la chica un poco apresurada, Jimmy lo hizo un poco dudoso, tomó el menú y repitió la acción de la castaña.

Entonces miró la mesa que miraba fijamente Turner y abrió la boca un poco impresionado, se podía ver claramente a Kyle y Eric, tomados de la mano mientras comían un helado doble, ambos tenían las mejillas ligeramente rojas y parecían discutir de quién sabe qué.

—¿Crees qué e-estén?—Preguntó sin terminar su pregunta.

—Definitivamente.—Dijo la chica, en un principio le hubiera dolido, pero ahora, no dolía en lo absoluto.—Me alegro por ellos.—Sonrió sincera, bajando el menú.

Jimmy la miró y sonrió, se sentía orgulloso, pues a pesar de todo, no tenía resentimientos por ambos y admiraba eso.

—¿Crees que podríamos t-tener una segunda c..cita?—Preguntó un poco nervioso, bajando el menú también, sus platos con helado estaban casi vacíos y los miraba por los nervios.

La mano de Heidi en su mejilla le hizo levantar la mirada sintiendo que su corazón salía de su pecho, su mano era suave y le proporcionaba tranquilidad.

—Claro que sí, me encantaría.—Contestó sonriendo.

Jimmy sonrió también, ambos se marcharon entre risas y chistes.