Capítulo 2: Vacío.

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Corríamos.
Lo hacíamos tan deprisa que perdí la noción del tiempo y el espacio.

Corríamos porque era lo único que nos mantenía con vida, y a la vez, lo que nos quitaba el aliento.

Corríamos sintiendo cómo nuestras respiraciones se agitaban y nuestras pulsaciones aumentaban.

Corríamos sin mirar atrás, y sin saber qué nos esperaba más adelante.

Y, en algún momento, yo corrí más rápido que ella.

- Estamos cerca de la estación de tren.- Fue lo último que le escuché decir.

Doblé en la esquina y, aún sintiendo que me faltaba el aliento, continué mi camino a toda prisa.

Las puertas del vagón estaban abiertas, me introduje en él. Mi corazón latía a mil por hora.

Ya había hecho esto antes, no era nuevo para mí.

Pero nada, nada me había preparado para lo que sucedería a continuación.

Sus pasos eran los más desesperados que había visto, y cuando por fin se aproximó a las puertas, estiré mi brazo.

Un segundo antes de que nuestras manos se encontraran, las puertas se cerraron y ellos... Ellos la atraparon.

Yo me alejé.

No pude mantener a salvo, a la única que me mantenía con cordura.

Yo me alejé.

No era mi intención, pero lo hice.

Y así fue cómo comenzó, mi vacío...

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