Una vez mas

Prólogo

Cuidado con lo que deseas...

En un bosque oscuro y siniestro, una chica corría lo más rápido que podía para salvar su vida, no veía nada, solo oscuridad, ni la luna ni las estrellas alumbraban el camino, solo contaba con la inercia de seguir adelante para salvar su vida, mientras la maleza se enredaba en su cabello, arañaba su piel, y destruía el fino vestido que tenía.
Estaba descalsa y sentía frío, pero el terror de ser perseguida por lo desconocido le daba fuerzas para continuar.
Escuchaba pasos detrás de ella, cada vez más cerca...una risa espantosa helaba los huesos y provocaba que sus lágrimas salieran sin control.
Quería que acabara, no aguantaba mas, sentía que su pecho iba a explotar.
Estaba por rendirse, se detendría y dejaría que la tomarán y acabarán con su vida, ya no podía más, estaba claro que en algún momento quisiera o no moriría...y para que seguir luchando, para que si las cartas estaban echadas y su suerte había terminado...
Por un momento se detuvo, no se dio cuenta que adelante, unos cuantos metros más allá que continuar podría salvarse...levanto el rostro.
Luz...
Adelante había luz...
Aferrándose con uñas y dientes a la vida, se impulso con todo lo que le quedaba de fuerzas para salir de ese espantoso lugar.
Corrió lo más que pudo hacia la luz, pero al llegar se dio cuenta que no tenía nada más por que luchar...
Detrás de ella estaba su perseguidor, que la mataría quien sabe de que manera...
Delante de ella había un acantilado, que también acabaría con su vida de una forma quizá menos dolorosa, menos cruel...
No tenía a donde más ir...moriría si o si...solo Ella tenía la decisión de elegir...
Se acerco descidida a la orilla, nada ni nadie la lastimaria una vez más...
Cerró sus ojos...abrió los brazos...y suspiró para despedirse de su vida...levanto un pie para dar el paso final, no quería voltear, no vería a su perseguidor sea quien fuere...
Justo cuando se dejó caer, sintió un jalón en el cabello...
No escucho los pasos hacercarse, no escucho el aliento del otro al llegar, no escucho el grito desgarrador salir de su garganta para que no se lanzase...solo sintió como evitaban su caída.
Chocó contra un pecho fuerte, pero ella no permitiría que todo quedará así, había llegado hasta ahí e iba a terminar...
Como pudo soltó golpes y patadas a quien la sostenía con fuerza, cabezazos y mordiscos, un fuerte pisotón y al fin fue liberada de esos brazos, para voltear y lanzarse al vacío mientras veía con horror la cara de quien quería salvarla...
Su pecho ardió de impotencia...no entendía nada, y ya no había nada que hacer...estaba cayendo y moriría en cualquier momento, se acercaba el final...

-Lo siento...

Fueron sus últimas palabras antes de impactar contra las duras y frías rocas bañadas por el mar...

Despertó de un brinco, sudaba frío, su respiración acelerada, estaba pálido, y no podía dejar de temblar...

-Otra vez...

Era la tercera vez esa semana que sonaba con esa chica, no le sonaba de nada, jamás en su vida la había visto.
Le desesperaba verla morir noche tras noche de diferentes maneras y no poder ayudarla.
Quería poder dormir tranquilo, estaba por graduarse y tenía exámenes finales, pero ese sueño no lo dejaba en paz.
Volteo hacia su mesa de noche para tomar su teléfono.

- 3:00am, porque mierdas a esta hora...

Estaba enojado, ya no podría conciliar el sueño nuevamente, tendría que levantarse ya que no podría permanecer más tiempo en la cama.
No le gustaba seguir acostado una vez despierto, se sentía inútil, y el tiempo había que aprovecharlo.
Se fue al cuarto de baño, tomaría una ducha fría para quitarse esa sensación del cuerpo.
Estaba bañado en sudor por el sueño, miro la cama y era un completo desastre, no solía moverse tanto mientras dormía, con excepción de esas últimas noches infernales.
Siguió su camino, se quito el mono de dormir y el bóxer y entro en la ducha sin prestar atención al espejo.
Su cuerpo se relajo al entrar en contacto con el agua fría, tomo el jabón con los ojos cerrados y comenzó a pasarlo por su cuerpo para dejar de sentirse sucio.
Recordaba haber corrido como loco detrás de esa chica, el sudor y la tierra en su piel como si realmente lo hubiese vivido.
Al pasar el jabón por los brazos tuvo una sensación de ardor, al mirarlos se asustó.
Salió rápidamente de la ducha para verse en el espejo, las rodillas raspadas de las veces que cayó mientras corria, los brazos rasguñados, un mordisco en la mano derecha, moretones en el cuerpo...
Cayó de rodillas mientras las lágrimas salían.