galletas de la suerte

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-¡niña mimada!- exclamó la pelirroja de unos 10 años.

-¡ay, clado!- la pelinaranja de 9 años se cruzó de brazos con molestia -¡estás tan ocupada con tu vida pedfecta que ni te das cuenta de lo que sufren los demás!

-¿tú? ¿sufrid? Pod favod- Sunset soltó una risa sarcástica.

•••

La pelinaranja (con 11 años), le dio un empujón a la pelirroja, haciendo que sus libros se cayeran al suelo.

-¡maldita!- Sunset (con 12 años) se agachó a recoger sus libros.

-maldita tú- contestó con una sonrisa burlona.

•••

Actualmente, Adagio tiene 14 años y Sunset tiene 15. A pesar de haber crecido, las peleas entre ellas nunca han cesado.
Ahora que la batalla de las bandas se acercaba, ambas peleaban cada vez más.

-perra- Adagio le pegó un codazo a Sunset.

-eso eres tú- la pelirroja le devolvió el codazo a la menor.

-¿por qué nunca resuelven sus diferencias?- Applejack se volteó a verlas. Estaba sentada en un banco frente a la pelirroja.

-sí- Twilight también volteó. Ella estaba frente a la pelinaranja -han pasado los años, y aún siguen peleando.

-es que no puedo evitar pelear con Adagio. ¡Ella es una loca esquizofrénica!

-¡oye!- Adagio frunció el ceño -bruja horrenda...

-¡zorra!- y así inició otra de las muy comunes peleas de las chicas.

-ya van a empezar...- dijo Rainbow detrás de ellas, apoyando su cabeza sobre la mesa.

-¡tengo una idea!- exclamó Pinkie Pie alegremente. Acercó su rostro al de la peliarcoiris -vamos a decirle a las demás chicas.

•••

-¿ir a cenar todas juntas?- preguntó la pelinaranja. Las Dazzlings estaban sentadas en la mesa de las Rainbooms, ahora mismo se encontraban en la cafetería de la escuela.

-a mí me gusta esa idea- dijo Fluttershy con su típico tono suave de voz.

-yo asistiré a la cena entonces- dijo la pelirroja -lo haré sólo por ustedes.

-¿una cena?- preguntó la pelinaranja otra vez.

-pues sí, una cena- dijo Pinkie -mañana es la batalla de las bandas, así que tenemos que dejar a un lado los nervios por un rato.

-¡yo quiero ir!- exclamó Sonata. Dirigió su vista a la pelinaranja -¿podemos ir, podemos ir?

La pelinaranja suspiró -está bien... pero sólo iré por Sonata, no por ustedes.

-¡sí!- la peliazul abrazó a su hermana mayor con alegría.

•••

Eran las ocho de la noche, las Rainbooms y las Dazzlings se encontraban en el restaurante de una amiga de Pinkie Pie, Skystar, y su madre, Queen Novo.
La pelinaranja estaba concentrada leyendo un menú, ignorando la presencia de todas. La pelirroja la observaba, pensando en cómo arreglar la mala relación que tienen ambas chicas.

-Adagio...- habló la pelirroja.

-¿qué?- preguntó desinteresada, su vista aún se mantenía sobre el menú.

-deberíamos tratar de llevarnos bien, ¿no lo crees? Este odio mutuo no tiene mucho sentido...

-sí lo tiene- la pelinaranja por fin apartó su vista, para poder mirar a los ojos a la pelirroja -me irrita que tengas una vida tan perfecta y te andes quejando de la de los demás.

-eso no es cierto- frunció levemente el ceño -es que tú en verdad no agradeces lo perfecta que es tu vida. La mía no es como tú crees.

-mi vida tampoco es como tú crees. Deberías dejar de juzgar a los otros por las apariencias.

-y tú también.

Queen Novo observaba a lo lejos al par de chicas.
Skystar vio la sonrisa en el rostro de su madre, por lo que supo la idea que tenía.

-no, mamá- la de cabello aguamarina frunció el ceño -no te entrometas en la vida de los demás.

•••

Al terminar de cenar, las Rainbooms y las Dazzlings salían del restaurante.
Cada una iba por su propio camino, "desafortunadamente", la pelinaranja y la pelirroja vivían cerca de la casa de la otra, por lo que iban por el mismo camino.
Al llegar a la esquina de aquella calle, Queen Novo corrió hacia las chicas sosteniendo una bandeja con dos galletas de la suerte.

-¿galletas?- preguntó con una sonrisa amable.

-gracias- ambas tomaron las galletas -¿cuánto cuestan?- preguntó Sunset.

-nada, son un regalo de parte de nosotros- respondió -adiós- se volteó y comenzó a caminar hacia el restaurante.

Sunset y Adagio partieron sus galletas y leyeron la fortuna que traían.

-"un viaje pronto comienza

El premio se refleja en los ojos del otro

Cuando lo que ves es lo que te falta

Sólo el amor sincero te cambiará de nuevo."- en ese momento, el suelo comenzó a temblar, alarmando a las dos chicas.

Ambas cayeron al suelo a causa del gran movimiento, pero inmediatamente intentaron levantarse.
Pasó un minuto para que ese temblor parara.

-¿estás bien?- preguntó la pelirroja.

-sí...- ambas miraron por todos lados. No habían muchas personas, pero éstas parecían completamente tranquilas, como si el temblor no hubiera ocurrido -¿qué habrá pasado?

-seguro fue un simple temblor, nada más. Lo bueno es que estamos a salvo- siguieron caminando hacia sus casas sin volver a dirigirse la palabra.

Un Viernes De Locos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora