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Era temprano en la mañana cuando el terrible sonido del despertador arruinó su hermoso sueño. Estaba irritado, una vez más el maldito aparato lo despertó en el momento equivocado pero a la hora correcta. Yin odiaba tener que ir tan temprano a la escuela, odiaba su vida de estudiante, odiaba incluso el echo de que eso fuera una de sus obligaciones de cada día. Pero si debía ver el lado bueno de todo eso..podía decir que si lo tenía.  . y uno muy bueno

—¡Yin, cariño, tu amigo ya está aquí! —gritó su madre desde la planta baja de su casa. Yin al escuchar su voz se sobresaltó y abriendo sus ojos en grande miró la hora en su reloj

—¡Maldición! —dijo exaltado al darse cuenta que se había quedado dormido

—¡Yin, hijo!

—¡Un momento! —gritó saltando de la cama directo al lavado. Era tarde, no había podido ser tan estúpido. Yin hacia todo lo más rápido posible pero sentía que todo su esfuerzo nunca sería suficiente para terminar todo pronto

—¿Qué pasa contigo? —Yin detuvo el movimiento de su cepillado cuando el rostro que tanto le gustaba ver se hizo reflejo en el espejo del tocador. Su boca llena de espuma junto a su pequeña coleta sobre la frente hizo sonreír a su recién llegado — Limpia eso de tu boca, pareces un perro rabioso

—¿Debería morderte y ver qué sucede? —preguntó con dificultad

—Habla correctamente, no seas estúpido —War balbuceó tímidamente. Yin quedó mirando ese rubor pintando las mejillas de su amigo a través del espejo— ¿Qué estas viendo? ¡Tonto! —regañó el chico cuando notó a su amigo sonreírle con dulzura— tienes esa cara de nuevo... esperaré abajo, ¡apúrate!. —determinó para luego dejar al dueño de la casa solo

Tan lindo

Pasados unos minutos Yin estaba limpio y fresco para ir camino a la escuela y con su mejor compañía, pero al llegar abajo no pudo evitar que su sonrisa se esfumara como humo en el viento. Prom, quién vivía a pocos metros de su casa, estaba allí junto a War esperándolo. Yin apretó con fuerzas las correas de su mochila, pues el de cabello claro tenía abrazado a su phi por el cuello mientras frotaba su cabeza con afán. Yin quería ir y correr su mano, decirle que no lo tocara, que no lo abrazara ni muchos menos robara sus sonrisas.. pero sabía que no podía hacer nada de aquello.. no tenía esos derechos, no tenía excusas, no tenía nada.. y que su mañana se volviera mierda debía ser una costumbre para él, más sin embargo todavía odiaba tener que ajustarse a eso

[..]

—¿Qué con esa cara? —Prom preguntó a Yin mientras esperaban en las filas del comedor para elegir el almuerzo— Haz estado así desde temprano en la mañana —dijo cuando su amigo elevó una de sus cejas en su dirección

—No tengo otra, si no te gusta ya no mires —dijo sin preámbulo

—Oye, cálmate amigo.

—¿Por qué debería?

—Dime que sucede. Definitivamente hay algo que está molestándote —Prom dijo colocando sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Espero paciente, Yin parecía irritado, pero no sería él quien dijera cosa alguna

—No es nada —Yin dijo finalmente echando un fuerte suspiro

—¿Eso es así? —Yin asintió rascando su cabeza estresado, así que Prom lo observó y negó optando por seguir en silencio

Una vez sus bandejas estuvieron llenas de deliciosa comida, buscaron el lugar donde siempre suelen almorzar, pero una vez allí Yin comía poco y nada, cosa que no era bueno para todas las actividades que tendrían durante el día. Prom almorzó en silencio, mirando entre tanto a su amigo que al parecer no estaba teniendo un buen día. . otra vez.
Su celular vibró en el bolsillo de su pantalón y decidió que sería mejor jugar con el aparato en vez de estar al pendiente de su tonto amigo

El aura que Yin llevaba esa mañana lo acompañó durante todo el día, los demás a su alrededor ya estaban acostumbrados si podían describirlo de alguna manera, pero eso no quitaba que los pusieran tensos, sobre todo a la hora de jugar baloncesto. Yin era uno de los más altos y uno de los mejores jugadores, pero su desempeño en esos momentos estaba del asco. Nadie comprendía muy bien que sucedía y por si fuera poco ninguno quería preguntar. No porque fueran malos amigos, ni mucho menos, sino porque el rostro del chico parecía tener un gran cartel con la palabra “largo” escrita en luces de colores

Yin parecía ido rebotando la pelota en sus manos. Sus pies lo llevaban alrededor de la cancha pero él solo corría, no dirigía para nada su grupo como siempre solía hacerlo. Sus compañeros comenzaban a sentirse irritados, pronto comenzaría el campeonato y necesitaban una dirección de juego no un simple tonto detrás de un balón. La práctica esa tarde daría por finalizada, pero Yin antes de irse decidió que pasaría más tiempo allí debido a su descuido. Todos estuvieron de acuerdo, por lo que luego de despedirse uno del otro se vió tan solo y vacío como lo hacía en su interior

Yin pasó varias horas solo, la noche pronto caería sobre su cabeza pero eso parecía no importarle. El gran espacio del salón de prácticas estaba lleno del sonido del pique de su balón, que solo hacia eso, rebotar. Tenía muchas cosas con las que lidiar, se suponía que solo sería un estudiante universitario disfrutando de su último año y no un hombre renegado que apenas comenzaba a vivir

Maldita sea

Yin dejó que el balón pícara lejos mientras que él dejaba descansar su cuerpo en el centro de la cancha. El piso frío en su espalda le hizo pensar que quizá también su cabeza estaría fría para pensar con claridad, más sin embargo eso no ocurría, porque en lo único que podía pensar era en la jodida sonrisa que su phi dió a su mejor amigo, en ese brazo enlazado a su cuello y la caricia sobre su cabeza

—¡Ooii~! —se quejó en un fuerte grito cual niño pequeño. Sus pies al ritmo de sus brazos se sacudieron con fastidio a los lados y largo de su cuerpo— Eres un idiota Yin

—Y uno muy grande —Yin abrió sus ojos e inmediatamente se levantó del suelo cuando la pequeña voz resonó en sus oidos

—¡Phi!, ¿Qué haces aquí? Es tan tarde ..

—Es lo quiero saber, ¿Por qué sigues aquí? —Yin miró a su phi y se sintió confundido sin saber que responder— yo.  . estuve esperándote

—¿Ah?

—Estuve esperando pero nunca llegaste. Sé que la práctica es importante para ti, pero.. no te sobre esfuerces

—Phi. .

—Idiota. . —War balbuceó por lo bajo haciendo sonreír a Yin en el proceso— ¿Por qué sonríes? Estoy siendo serio —luego de unos segundos, War estiró una de sus manos hacia adelante, de sus dedos colgaba una pequeña bolsa con algunos bocadillos dentro. Yin observó a su phi esperando que dijera alguna cosa— No me mires así y solo come

—¿Estabas preocupado por mi? —Yin preguntó con la esperanza floreciendo en su pecho, más sin embargo eso fue opacado cuando la respuesta de su phi llegó a sus oídos

—N'Prom me dijo que no almorzaste hoy

—Gracias. No tengo hambre —respondió alejándose de su phi con el enojo en la boca de su estómago

—¡Oye! ¡Yin! ¡Yin! —War llamó repetidamente cuando su amigo no volteó a verlo. Sus ojos veían a su nong alejarse en dirección a los casilleros, por lo que no dudo en seguirlo cuando la puerta al frente fue abierta y cerrada en solo un instante— ¡Yin! ¿¡Qué sucede ... contigo. ..!? —dijo en un hilo de voz cuando el alto chico lo tomó por sorpresa estrellando su cuerpo contra uno de los casilleros— ¿Qué...haces? —Yin estuvo en silencio. Solo observando de cerca el rostro que tanto le gustaba— nong... —Yin tragó grueso cuando sus ojos vieron el sutil movimiento en los labios de su phi, casi sentía no poder seguir respirando si no caía en la tentación de tocarlos con los suyos. Yin siguió su instinto, su corazón latía en sus oidos, no había casi espacio entre ambos y a pesar de que su phi se veía demasiado tenso él solo quería probar

—Phi...yo...

—¡Me gusta N'Prom! ¡Yin, es él quien me gusta!

Yin sintió que su corazón dejó de latir.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2020 ⏰

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