Still Got Time

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''Deja de buscar el amor.

Chica, eres joven, aún tienes tiempo

Chica, eres joven, aún tienes tiempo

Chica, eres joven, aún tienes...

Deja de buscar el amor.

Aún tienes tiempo.

Chica, eres joven, aún tienes tiempo

Chica, eres joven, aún tienes tiempo.''

Chloe Hosterman era la Rubia candente y la dueña de los sueños húmedos de más de un estudiante en la Universidad de California en L.A. Para su desdicha, su corazón ya tenia dueño, o más bien dueña desde sus primeros meses en secundaria. Su nombre era Sofia Daccarett, quien destacaba en la escuela no solo por su hermoso rostro tallado por los mismísimos dioses griegos, o su cuerpo escultural, o su récord académico perfecto, si no que marcó una nueva era en la universidad al integrarse al equipo de baloncesto compuesto por hombres, lo que inspiro a otras cuantas a seguir sus pasos; hoy día entrenan 9 varones y 3 mujeres. 

Debido a la frustración de no saber como acercarse a la guapa castaña, la rubia optó por comenzar a salir con chicos del equipo de basket y de fútbol americano, y a pesar de que la universidad entera aceptara abiertamente sus preferencias sexuales, ella prefería guardar discreción. Ella no era igual de libertina que su psicólogo y maestro Sam Smith o su maestra Lauren Jauregui.

Salió con el chico mas atractivo del equipo de baloncesto; Ryan McCartan. Luego de un par de meses no funcionó.

Thomas Doherty, Capitán del equipo de fútbol americano. No funcionó.

Luke Benward, ni siquiera sobrepasó la semana completa.

Con el único que realmente logró algo increíble en poco tiempo fue Cameron Boyce. Apenas iban un par de semanas y el chico era todo un amor con ella, un caballero atento siempre a que Chloe, su entonces princesa estuviese bien. Luego vino Brenna a robar el corazón de cierto pecoso.

y adivinen.

No funcionó.

La ojiverde se estaba hartando de agotar recursos y posibilidades. Mientras todo ese alboroto de citas con chicos y rupturas ocurría en la vida de Chloe, por otro lado, Sofia le era paciente. Le divertía ver el desespero de Chloe mientras buscaba desesperadamente citas por doquier y evitándola a toda costa, fracasando en el intento. Todas sus clases eran compartidas con la castaña e incluso en los recesos la veía bien fuese en los pasillos, el gimnasio o corriendo para calentar en el campo de fútbol.

Cierto día, al final de su clase de biología, de la manera mas inesperada, la chica popular se vio sorprendida por la deportista, que como era de esperarse a diario, lucía su enorme, radiante y hermosa sonrisa. 

- Hola Chloe. - Al parecer, el rostro de la más baja había perdido color, pero al recuperarlo llegó con mas fuerza, coloreando su piel de porcelana en un suave tono rosa. - Quería saber si no te gustaría ir a una fiesta este fin de semana, es en mi casa y la daremos por el triunfo a final de temporada.

- Y-y-y-yo?. - La castaña rió con ternura viendo la cara de sorpresa de la rubia. - Emm... - Aclaró brevemente la garganta - Bueno, no me molestaría, cuenta conmigo. - Sonrió

- Genial! - Asintió - Entonces te veo a las 5 para que me acompañes por unas cosas y de ahi a mi casa. Aquí está mi número.

El tiempo transcurrió en un soplo y el reloj marcaba las 4:45. Dentro de poco llegaría la chica que le roba el sueño, a llevarla quién sabe a dónde a hacer quién sabe qué. Se dio un ultimo vistazo, no era muy formal pero tampoco muy desechable: llevaba un vestido rosa páido con una chaqueta de mezclilla y unos tenis 18 forever blancos. Un recogido de un par de mechones de pelo a los lados de su cabeza adornados con flores, imitando la forma de una corona y por ultimo un poco de brillo y perfume, su tiempo se esfumó al escuchar la bocina del BMW negro que tenía la castaña. Bajó las escaleras y al encontrarse con su madre por el camino, esta ultima sonrió.

One Shots DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora