He estado observándote desde hace tiempo, sé que puede sonar acosador pero, de verdad me interesas desde el primer día que te vi. El aroma sintético que traías impregnado a tu piel se coló en mis fosas nasales, y mis pupilas café se cegaron ante toda tu hermosura y elegancia. Desde entonces te vi y no lo quise evitar, no había más arte que ver ni más poemas que leer. Lo tienes todo.
Pero yo no soy nadie.
La otra mañana te vi. Tu cabello se había robado los rayos del sol y tus ojos capturaron el misterio y el encanto del bosque, al menos así procesaba la razón del día nublado, y el brillo de tus ojos. Tu labial combinaba bien con ese suéter blanco y esa falda negra. Ese tipo de atuendos resaltan tu belleza y cubren tu ser en un velo de inocencia que muchos no son capaces de ver.
Aquél día pude sentir un pequeño roce de tu brazo en mis dedos, yo era invisible y sabía que no lo notarias, y al ir estratégicamente cabizbaja abrazada a mis libros encontré la manera de buscar un toque mínimo que dio resultado, bajo mis anteojos se escondía el rubor de mis mejillas gracias al choque eléctrico de tu piel hacia la mía, era una estupidez pero un gran paso para mi.
No soy nadie y eres el tipo de chica que no andaría conmigo, porque chicas como tu no acostumbran a estar con chicas como yo... Espera, ¿tan pronto pienso que te gustan las chicas? Que sucio me juega la mente y que rápido me envuelven las ilusiones.
He revisado tus cuentas de infinidad de redes sociales y parece que te gusta llamar la atención en el buen sentido, pero no sé exactamente si a los chicos les gusta lo mismo que yo veo o si tratan de buscar algo más. ¿Y como no atraer la mirada de todo el mundo con ese nivel de belleza y encanto? eres lo más puro y bendito que alguna vez conocí.
Sé mucho de religiones y teorías de Dios, pero solo a ti te venero porque te puedo ver. Mi fé esta puesta en el todopoderoso, pero mi corazón confía en ti sin conocerte, estoy dejando a tus pies lo poco que soy y lo poco que tengo, lo brindo como ofrenda de mi amor anónimo.
Siempre que abres tu casillero en la mañana encuentras notas y poemas en pequeños papeles coloridos y doblados de los cuales yo soy su autora, porque todo debería ser como tú y todo lo que haces: Creativo, llamativo, tan lleno de vida...
Yo solo soy la sombra de la escuela, a la que llaman ''come libro'' pero de nacimiento me bautizaron Sofia, la mayor de la familia Daccarett Char. No sabes de mi, seguro ni siquiera me has notado. Escribo una historia de amor que aún no comienza y tal vez nunca termine... día a día me engancho más a tu mirada, a tu silueta, a tu estilo y tu forma de hablar y de ser aún sabiendo que ni en mil años seré de tu interés.
Me gusta la manera en la que se encurva tu boca descubriendo tu sonrisa, y la sonoridad de tus pasos acorde al movimiento de tu cuerpo mientras caminas, basta una mirada para hipnotizarme e imaginar miles de escenarios perfectos donde tú y yo estamos juntas y felices, al menos ahí todo luce perfecto tal como lo sueño cada dia, pero me cuesta y me duele el corazón despertar y aceptar que mi realidad será verte de lejos, pues en mi mundo no somos ambas, solo eres tú.
Siempre eres tú
