01: Dance til Win

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Concursos de baile.

No era la primera vez que estaba en la televisión, pero sí la primera que me sentía tan nerviosa. ¿Pero por qué? No se trataba de que estaría bailando en vivo y en directo en el show más visto y aclamado del país. De hecho, mis nervios se debían a algo mucho más simple: Daniel Henderson.

Unos- para nada largos- ocho meses habían pasado desde que lo había visto por última vez, y las cosas no habían terminado muy bien que digamos. Como la mayoría de las relaciones. Pero desde que había aceptado formar parte de este certamen que no lograba concentrarme, y el único culpable era él. Y lo odiaba. Se suponía que luego de terminar con alguien no lo volvías a ver más, pero no, heme aquí sudando la gota gorda porque lo veré allí paradito, detrás de las luces, monitoreando que cada cosa se hiciera en el certamen a la perfección. Por eso era que todos los programas de todos los canales del país lo querían... Él era perfección. Para mí, bueno, era un simple grano en el culo para mi carrera. Si quería avanzar con mi baile, tendría que verlo, mínimo, dos días a la semana. Carajo.

Me paré frente al enorme edificio. Wow. Sabía que los Estudios Shinning eran grandes, ¡pero no enormes! Esto era grotesco. Y yo estaría aquí, éste era mi nuevo trabajo. Increíble.

Si antes estaba asombrada, al cruzar las gigantescas puertas de vidrio podía afirmar que me encontraba extasiada. Dios mío, era una locura.

Me acerqué a la recepción a unos cuantos pasos de mí y saludé a la mujer que atendía.

-Buenos días. Mi nombre es Ella Stuart, soy una nueva bailarina del...

-Por supuesto.- me cortó con una resplandeciente sonrisa- Ella, mucho gusto. Ya llamo al encargado de las bailarinas, puedes esperar allí- señaló unos sillones en la sala- que no tardará en llegar.

Asentí en agradecimiento y me dirigí a sentarme. Mientras, logré ver cómo la mujer tecleaba en su computadora y hablaba por teléfono.

Miré a mi alrededor. Realmente estaba aquí. Mi baile me había traído hasta aquí. Mis movimientos. Después de todo este tiempo, yo... Lo había logrado. O bueno, estaba por hacerlo. Todavía no había debutado en la pista del certamen.

Sin poder evitarlo, recuerdos de Daniel vinieron a mi mente.

-¡Eso fue increíble!- se levantó de su asiento y se acercó a mí aplaudiendo- El, estuviste... Magnífica.

Una sonrisa se formó en mis labios.

-¿Te parece? Todavía tengo que pulir un par de pasos, y apurar un poco más el tempo porque- me cortó, tomando mi cara entre sus manos.

-Estuviste magnífica.- repitió, esta vez sus ojos atravesando los míos con una intensidad inexplicable- Llegarás muy lejos, El.

-Lo dices porque eres mi novio.- rodé los ojos.

-Ey, ey.- me obligó a volver a mirarlo- Lo digo porque es la verdad. Todo el tiempo veo bailarinas muy buenas, sobretodo porque soy el productor del programa de baile más exitoso de Latinoamérica,- reí, sabiendo que su ego ya se estaba tardando mucho en aparecer-, pero eres increíble. Lo lograrás, El. Estoy muy seguro.

Y tenía razón. A pesar de haber pasado tanto tiempo desde que me lo había dicho, siempre la tuvo. Sólo me faltaba confiar más en mí y un poco más de experiencia, y eso era todo. Aquí estaba, por mi baile. Por mis méritos. Por fin.

-¿Ella Stuart?- un hombre alto y flaco se acercó a mí. Su sonrisa gentil me hizo sentir bienvenida.

-Buenas tardes.- le extendí mi brazo, sin embargo, él me tomó por los hombros y me abrazó.

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