Capítulo 1: Peter Pan - Parte 01

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La decisión que debía tomar era difícil, ya que ningún miembro de la Marchen terminaba por convencerme como para elegirle de compañero. No obstante, decidí que ya había pasado demasiado tiempo enredada con esa estúpida decisión, y dejé de darle más vueltas. Así pues, al día siguiente pensé en ir a buscar a Waltz tan pronto como la escoba dejó de arrastrarme por toda la Marchen. Miré en una dirección y en otra, buscando con mi mirada al joven de cabellos azabaches y ojos rojos, pero no logré dar con él.


Juraría que le he visto aquí hace un momento.


— Annice, ¿has visto a Waltz? —le pregunté a la tabernera, quien justo ahora estaba limpiando la superficie de cristal de una de las botellas.


— Oh, justo acabo de verle entrar al salón —me respondió la chica.


Efectivamente, cuando fui a echar un vistazo en la habitación correspondiente, le encontré hablando con Delora y Parfait. Los tres hablaban en voz muy baja y solemne, pero en cuanto Delora y Parfait se percataron de que yo estaba en el umbral de la puerta, interrumpieron su conversación con Waltz de inmediato. Tanto la bruja como el hada se apartaron un paso del niño, haciendo que su actitud me resultase incluso más sospechosa si cabe.


— Discúlpanos, princesa —dijo Parfait, dedicándome una débil sonrisa. Después las dos se acercaron hacia la salida, y yo me las quedé mirando con curiosidad mientras se marchaban sin decirme nada más.


¿De qué estarían hablando?


— Buenos días, princesa —me dijo Waltz, dedicándome una dulce sonrisa. Cuando me fijé en él, vi que el niño estaba recogiendo algunas marionetas dentro de una caja de cartón que había sobre la mesa.


— ¿Esos juguetes son tuyos? —le pregunté, sin poder evitar sentir cierta curiosidad por los mismos. Me encantaban las muñecas, y desde que había llegado a la Marchen no había visto ninguna.


— ¿Te refieres a estos? —me preguntó, alzando una marioneta con unos hilos atados a sus extremidades— Son para un espectáculo que voy a hacer después. —su expresión pasó de sonriente a indignada en una fracción de segundo— Alguien de mi edad no jugaría con estas cosas.


— Aparentas doce años. No veo cómo es que eres demasiado mayor para jugar con eso —dije, cruzándome de brazos. La mirada que me dedicó Waltz me dio a entender que no estaba de acuerdo conmigo.


— Ya te lo dije antes, ¿verdad? Tengo la maldición de Nunca Jamás —efectivamente él ya me había dicho eso, pero nunca me había explicado en qué consistía exactamente— De hecho, soy mayor que tú.


— Encuentro eso difícil de creer —dije con escepticismo, fijándome bien en el físico del chico. Era más bajo que yo, su rostro estaba redondeado por la niñez y tenía los ojos enormes y brillantes de un niño. Ni de broma podría ser mayor que yo.


Al percatarse de que hablaba en serio, la mirada de Waltz cambió ligeramente a una más comprensiva— No conoces la historia de Peter Pan, ¿verdad? —efectivamente, el crío había dado en el blanco. Pero claro, no era mi culpa que Madre hubiese quitado todos los cuentos de hadas del palacio, aunque él no tenía forma de saber eso. Cuando Waltz vio que no le respondía, soltó un suspiro— Asumiré que eso es un sí. Peter Pan es un chico que vive en Nunca Jamás, una isla donde nadie crece jamás. —su mirada se entristeció mientras miraba los dedos de su mano—Como resultado de mi maldición, estoy atrapado en el cuerpo de un niño. No podré regresar a mi auténtica forma hasta que se rompa.

~Cinderella Phenomenon~ Ruta de WaltzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora