BAD ENDING: Peter Pan y La Niña Perdida

233 10 7
                                    


Nada más abrir las puertas, lo primero que vi fue a Madre sentada en el trono de mi padre. Sus ojos verdes estaban fijos en mí, y al ver que me aproximaba hacia ella, me sonrió perversamente— Hola, mi pequeña.


— ...Madre —la saludé. Conforme más me acercaba más demacrada la iba notando, como si estuviese a punto de desfallecer.


De alguna manera, diría que luce incluso peor que antes.


Mi mirada se desvió hacia donde se encontraba sentado Waltz, justo a los pies de Madre. Sus ojos se abrieron como platos al percatarse de mi presencia. Las luces blancas que antes le habían atado en la plaza, ahora seguían sujetándole como si fuesen unas apretadas cuerdas, manteniéndolo en contra de su voluntad en el mismo sitio.


— ¡Waltz! —grité, caminando de forma apresurada hacia él. Parecía que intentaba decirme algo pero su boca no se movía, como si le hubieran cosido sus labios con un hilo invisible. Furiosa, desvié mis ojos hacia Madre— ¿Qué le has hecho?


— No te preocupes, Lucette. No ha sufrido daño alguno —me aseguró Madre— Pero con esas ataduras, sus poderes están restringidos. Y como no me gustaría que arruinase nuestro pequeño momento entre madre e hija, he sellados sus labios para que no hable. —Madre movió su mano por el pelo de Waltz, despeinándolo de una forma que me recordó a una madre benevolente que mimase a su hijo. Era inútil negarlo, se notaba que Hildyr apreciaba de una forma retorcida y enfermiza a Waltz.


— Suéltalo —le ordené, intentando contener la rabia a duras penas mientras cerraba mis manos en puños. Al escucharme, los ojos de Madre brillaron por la ira.


Ella podría lastimarle tan fácilmente si la enfurezco... Será mejor que tenga cuidado con la forma en la que le hablo.


— Ya estoy aquí —le dije, en una voz más suave— Así que puedes soltarlo.


— Creo que lo dejaré justo donde está hasta que tu parte del acuerdo se vea cumplido, mi pequeña —dijo Madre. Dadas las circunstancias, lo único que pude hacer fue fulminarla con la mirada, lo que provocó que ella se riese por lo bajo— Oh cariño, no me mires así. ¿No te gustaría que las cosas volvieran a la forma en la que estaban antes? Las dos éramos tan felices cuando estábamos juntas...


Ante sus palabras, yo negué con mi cabeza un par de veces— Eso no era ser feliz. Me mantuviste apartada de la auténtica felicidad, y cuando por fin logré encontrarla ¡me la quitaste! —desvié mi mirada al suelo, angustiada— Tener amigos, ser querida por padre... Podría haber tenido todas esas cosas si no fuera por ti. E incluso ahora... Podrías quitarme también a Waltz.


Madre descansó su mejilla en la palma de su mano, mirándome con una expresión tan fría como el propio hielo— ¿Este chico te hace más feliz que yo? —me preguntó— ¿Le escogerías por encima de mí?


Yo no miré a Madre cuando le respondí. En vez de eso, fijé mis ojos de nuevo en los de Waltz, quien sacudía incansablemente su cabeza en mi dirección. Mi única disculpa hacia él fue mi silencioso y sereno semblante.

~Cinderella Phenomenon~ Ruta de WaltzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora