하나 hana.

716 85 9
                                    

Kubo era bien conocido en Puebla como un chico alegre, carismático y encantador. Un chico al cual le encantaba alegrar el día de las personas con sus espectáculos y cuentos con figurillas de origami. Contando las historias de la grandiosa aventura de su padre, Hanzo... y a veces, los relatos de las misiones de su pareja.

Leonardo San Juan.

Se conocieron en una de sus tantas misiones, Kubo decidió irse con el moreno, el amor surgió entre ellos al primer momento de verse. Y el hilo rojo conectó las vidas de ambos jóvenes.

Además de los shows de origami, el chico de sólo un ojo era un experto total con las katanas, le gustaba ayudar a Leo, él era como el "arma secreta" en las misiones.
Además de su gran talento, poseía su magia. Era imposible vencerlo.

Pero a pesar de todo, Leo y Kubo se amaban, y ese amor tan fuerte no se rompería con nada.

Tan sólo ellos juntos debían superar algunas pruebas, y esta  historia, era una de las tantas pruebas de amor.

Kubo Se encontraba ordenando su habitación junto a Leo, la cual compartía a veces con él. Su abuelo vivía con él, en una pequeña casa al estilo nipón, no tan lejos del centro del pueblo. Pero lo suficientemente cerca para llegar a la panadería San Juan.

- yo ya terminé, ¿y tu, mi corazón?

- ya casi, sólo necesito acomodar esto y termino.

El de cabello negro y lacio se estiró para tomar una pequeña maceta con un árbol bonsái en esta, caminó hasta una mesa cerca de su ventana; durante esa pequeña caminata, un pequeño dolor en su ojo se hizo presente, comenzando a ver algunos destellos de color blanco, llegando al punto de no ver bien, borroso...desenfocado.

El dolor en su ojo hizo que soltara aquel árbol, dejando caer este para luego romperse en el suelo, ensuciando el recién limpio piso con tierra y trozos de arcilla.

El ruido alertó a Leo, con preocupación corrió hacia el menor para ayudarle en caso de que se encontrara herido. Leo era muy atento en ese aspecto.

- ¿qué paso?

- ugh...n-nada, la luz me lastimó...perdona eso, yo--

- no te preocupes, yo limpio esto, tu siéntate y descansa, ya haz hecho mucho hoy.

Kubo miro a su León con una sonrisa ladina, recibió un beso en la mejilla e hizo caso ante aquellas palabras.

Mientras Leo limpiaba, Kubo pensó sobre lo que había acabado de pasar. Aquello nunca le había sucedido...pensó bien las cosas antes de concluir en que sólo la luz  le había hecho daño. Si, sólo pudo haber sido eso.



🌸
Sólo diré que esto va a doler.

♡Gracias por leer♡

-Suzumi ﹰEzk.

No puedo verte. 《Kuban》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora