Mi mano se enlaza con mi tristeza e impotencia.
Siento un vacío en mi cuerpo incontrolable y cada vez que me miro, el espejo se hace trizas. Las marcas del dolor, de la incapacidad por llorar, del miedo de gritar, de tus dedos cuándo era suficiente la lástima.
Mas no logro decir que no sin sentirme culpable, sin negarme a infligir castigo.
Me enmudece la pasión y el descontrol, cada vez que me recuerdo lo inútil que me siento por haberte dado el permiso de destrozarme por dentro, y por mi frágil superficie. Mi caparazón azul marino.Mentiras creadas por el temor, mi sentimiento incurable. Mis lágrimas no te detienen, pero por la ignorancia de estas, y las excusas de después.
No logro nada, mas daño, mas miedo, mas tropiezos en las mismas piedras que lancé por la borda antes de irme, y vuelven para desmentirme que no he aprendido.No es tu culpa, aun que te la eche; es solamente mía por no ser lo suficientemente fuerte para avanzar y crecer. Y me duele cada hueso y cada músculo, y me lastima cada sentimiento y cada remordimiento, y me atemoriza volver a sentirte... volver a lo mismo de ayer, y lo mismo que mañana.
No vas a querer parar, mas yo si, y no me atrevo a enmendarte.
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Daños de una flor marchita.
PoetrySentimientos ajenos a los que mi corazón transmite. Oculto malestar permanente, que alguien introdujo en mi mente. Partes de mi que ya no están en el cuerpo que siento, y viajan al abismo. Yo, miedo, pesar. Siento no ser como esperaba.