Se esconden en la habitación de Daniela de las tías, tíos y primos que llegan el viernes por la tarde.
German las deja, le da gusto ver a su hija feliz, después de todo lo que ha pasado. Él les lleva platos de comida hechos por parientes lejanos y pasa escasos intervalos de tiempo con ellas en la habitación.
Ofrecen bajar y hacerle compañía, pero él las detiene, les dice que quiere que se queden, que no se preocupen por nada hasta el día siguiente que sería el funeral.
María José abraza a Daniela con la mención y, una vez que German se ha ido, pasa media hora besando la cara de Calle lo más lentamente que puede, asegurándose de que no pierda ni una pulgada.
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Daniela no duerme el viernes por la noche, antes del funeral.
Ella sigue leyendo las cartas hasta que las termina todas y luego comienza a leer algunas de ellas otra vez. Besa a Poche entre versos, mientras ella se duerme y sonríe desde su lugar en el hombro de Calle, asintiendo con la cabeza junto con sus palabras.
Se despierta y encuentra a Daniela mirándola, agarra la mano de poche y la pone sobre su pecho. Ella lo ahueca su palma suavemente en su corazón y Poche siente que ha atrapado una mariposa en sus manos. Se agita suavemente y se siente desesperada por mantener algo tan hermoso tan cerca.
Ella no está acostumbrada a sentirse tan jadeante y adormecida al mismo tiempo.
"Oye", murmura, tratando de dejar de dormir. "¿Es hora de despertar?"
Daniela respira lentamente y sonríe.
"Hola", susurra y luego niega con la cabeza. "No. Deberías volver a dormir. Todavía es temprano".
Poche asiente y se acerca, sin necesidad de que se lo diga dos veces.
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El funeral es triste y María José no sabe qué hacer, excepto sostener la mano de Daniela en una mano y la de German en la otra. Algunos de los familiares de Daniela les dan miradas de desaprobación pero Calle no los ve o los ignora. Se despide de su abuela por última vez. Poche no pasa desapercibido esto y frunce el ceño. Calle nota su reacción y solo aprieta más su mano a la de ella, se siente afortunada de tener a María José a su lado y lo que piensen algunos familiares es secundario, no les da mucha importancia.
Una vez que llegan a casa se colapsan en la cama de Daniela con su ropa negra, exhaustas contra las sábanas mientras se abrazan. Por un segundo, Poche desea poder desaparecer en ellas para que nadie pueda encontrarlas.
No debería sorprenderla cuando Calle comienza a llorar, pero lo hace. Ella limpia las lágrimas cuidadosamente hasta que Daniela está lista y luego espera.
"Me siento horrible", susurra.
Poche asiente y besa su frente. "Eso es comprensible."
Daniela niega con la cabeza. "No, quiero decir... me siento mal porque toda la última semana ha sido la peor y la mejor semana de mi vida, ¿tiene sentido eso amor?, y no sé si es real o no, todo lo que sé es que quiero que termine... tan desesperadamente... y eso es horrible. Es tan egoísta".
Poche chasquea la lengua y suspira. "Está bien", susurra. "El hecho de que ella se haya ido no significa que no deberías estar feliz por esto. Quiero decir... eres feliz, ¿verdad?"
Calle se vuelve hacia ella y asiente.
Poche acaricia su cuello. "Puedes ser feliz", susurra. "Pero también puedes estar triste. Puedes ser ambos. Está bien sentirte de esa manera. Está bien ser egoísta algunas veces también".
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STRANGERS
FanfictionEra un lunes promedio como cualquier otro lunes. Excepto que los lunes, ya no eran promedios o normales, no lo han sido desde aquella semana de agosto cuando Daniela Calle se fue y se sentía como si el mundo de María José se volcara y no supiera qué...