☀summer tell me☀
Al abrirse las majestuosas puertas del salón de actos del complejo hotelero, se pudo observar un gran espacio de paredes doradas presidido por una lujosa lámpara de araña. Desde la entrada se extendía una alfombra blanca como el semen hasta el centro de la cámara, en cuyo final esperaba de pie bajo un pequeño cenador-altar decorado con flores amarillas la directora (y feminista) L. Marian. A su lado, el socorrista de la piscina del hotel esperaba a su prometida, Alejandra.
-Madre mía, Moni -le dijo en voz baja Marisa mientras grababan la entrada de la novia-. ¡Qué vestido! ¡Qué vestido, que ni el de Leti!
La música de la orquesta empezó a sonar. Tocaron la típica canción esta que ponen siempre en las bodas, que no la describo porque de las pelis ya os la sabéis. Eso sí, mil veces más bonita y acorde que los que quieren ir de alternativos y ponen el Marry You de Bruno Mars, que nunca queda bien. Pero bueno, ellos verán. Aquí no, eh, aquí en la de Alejandra, la buena, la original.
-Pero mírala, mírala, por favor -repetía por su asombro-. Es que hasta la silla de ruedas decoradísima con sus flores y sus cosas, y el vestido qué bien cae aún así, eh, que ni se lo atropella ni nada, muy bien planeado, muy bien, gran trabajo el que ha habido detrás.
-Marisa, ¿pero le has dado a grabar ya? -preguntó la ayudante al ver a su jefa embobada por la situación.
-Que sí, llevo todo el día grabando. A los invitados y todo, les iba pillando para que me fuesen diciendo unas palabras para los novios.
-Ah, vale, bien.
-Por cierto, ya en post-pro me cortas a una niña que no me ha caído en gracia, una prima de la novia, Perla se llamaba creo o algo así. Como las de las ostras, clap, clap. Me la cortas, que no salga en el vídeo.
Mientras Alejandra desfilaba a rueda lenta por la alfombra empujada por su padre Paco, sus familiares sentados en los bancos le iban susurrando al pasar piropos varios.
-¡Guapa! -gritaba por ejemplo el primo Pascual.
-¡Belleza! -decía el tío Pelayo.
-¡Choriza! -le gritó su abuela Pilar-. ¡Que no se me olvida que me debes 25 euros!
-¡Mamá! -regañó Paz sentada a su lado-. Que está celebrando su boda, luego en el banquete se los pides.
-¡Reina! -gritó Pudri.
-Papá, qué hace aquí el vagabundo de la cena de Navidad -preguntó la chica entre dientes mientras le sonreía falsamente.
-No lo sé, tú déjale ahí tranquilito.
-¡Hermosa!
Alejandra y su padre llegaron por fin al pequeño cenador (sujeto por columnas dóricas, dóricas, jónicas, jónicas, corintias, corintias, corintias, corintias como bien sabéis) y la directora del complejo tomó el micrófono para hablar mientras Miguel se acomodaba en un pequeño banco al lado de la silla de ruedas de su prometida.
-Buenos días a todos y a todas -saludó L. Marian poniendo un mayor énfasis en la llamada de atención a las mujeres-. Estamos aquí reunidos y reunidas en esta majestuosa gran sala de este gran complejo hotelero de lujo, no apto para todos los bolsillos pero muy cómodo para todas la familias, consulten tarifas en recepción, pregunten por Marina, para presenciar el casamiento entre Alejandra y Miguel. Porque ahora en Merca D'orna no solo se duerme o se vacacionea... ahora en Merca D'orna ¡también se casa!
-¡Hala! -exclamó todo el mundo mientras aplaudía asombrado.
-Así es, somos el primer complejo hotelero donde estamos realizando todos estos servicios. Nos encanta la diversificación de la oferta, di sí a la diversificación. De ahí nuestros precios no aptos para todo el mundo. Aunque no pasa nada si no tienen para pagar, por ejemplo, la novia que hoy voy a casar llegó aquí con su familia gracias a un sorteo, ¿verdad?
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Summer tell me
HumorÉrase que se era, en un lugar cuyo nombre no pienso desvelar porque no me da la gana, una bella familia cuyos integrantes se asaban cual pollo de una granja arcaica de Wisconsin en su idílica casa, pues se encontraban en sus entretenidas, qué digo y...