Me beso en el cuello, dando suaves mordidas, lamiendo desde mi hombro hasta mi oreja, pasando sus manos por mis muslos hasta llegar a mi miembro. Lo tomo bien firme y comenzó a masturbarme lentamente bajo el agua.
También opte por dejar mi copa en el suelo, pero con lo caliente que me traía, cayó y se quebró, da igual, nada importaba.
Con mis manos acariciaba sus pechos (eran bien grandes por cierto, no cabía uno en mi mano).
-Estas listo? Pregunto.
-Listo yo? Ahora prepárate tu. Le dije.
-Y yo por que? Pregunto frunciendo el ceño.
La tome por la cintura, nos pusimos de pie, caminando con el agua en las canillas. La guíe hasta el borde del jacuzzi, ese borde que está pegado a la muralla. Su espalda dio con ella, y sus nalgas se posaron en aquel borde. Con su espalda haciendole el quite a esa fría muralla que le provocaba escalofríos. Mientras tanto yo, le hacía reverencia a aquella vagina humeda de placer.
Mirándola hacia arriba le dije.
-Con esto, nunca más te olvidaras de mis labios.
Me arrodille frente a ella, mi boca a la altura de sus pechos y mi cuerpo entre sus piernas abrazado por sus muslos.
Comenze a morder sus duros pezones, excitados, ardientes por la temperatura de nuestros cuerpos. Le lamia y chupaba.
Mientras sus manos apretando mi cabeza, bajando y subiendo por mi espalda para rasguñar.
La empujó un poco más atrás, para que su cuerpo tome una leve inclinación y empiezo a bajar lentamente con besos y pequeñas mordidas por su abdomen. Mis manos acompañaban en la bajada, moviéndose sutilmente por su cintura y sus caderas, hasta llegar a sus piernas
La bese apasionadamente, como si fueran besos en su boca la mordía, le lamía sus labios inundados de humedad. Hundía mis dedos en su vagina, mientras mi lengua subía hasta sus pechos nuevamente. Sus gemidos dando vueltas por todo el baño, haciendo eco con la soledad de nuestros cuerpos.
Me puse de pie, mi pene erecto frente a ella, el cual fue cubierto inmediatamente por su boca, me esta devolviendo el oral que le había dado. Hice un nudo en mi mano con su cabello y acompañe los movimientos que hacía para hacerme acabar.
Lo sacó de su boca y lo abrazo con sus pechos, su mentón pegado al pecho y la boca abierta con la lengua afuera para lamer en cada oportunidad de que la punta sobresaliera de sus senos, su mirada fija en mi cara de placer. Lo liberó de entre sus pechos, lo tomo con sus manos y me pide que acabe en su boca. Me comenzó a masturbar como si tuviera mucha experiencia. Dentro de lo excitado que estaba, no podía creer que haya sido virgen, pero eso qué importaba, todo era perfecto, sucio y rico, así como me gusta.
Aquí voy.
Sigue
No pares.
Ay que rico.
Aaaah.
Siii.
Uffff
Dale dale dale...
No pares.
No pares puta...!
Exclame entre suspiros y gemidos.
La explosión se hizo sentir en toda su boca y en el fondo de su garganta.
Mis piernas con espasmos, por la sensación de botar las últimas gotas en su lengua, una leve sonrisa en sus labios y su mirada perdida en como salía aquella última.
-Donde lo vas a tirar?. Pregunté mirando algo en donde lo pudiera dejar.
Me miro con cara de cómplice, moviendo la cabeza en forma negativa y con su labios juntos y acompañados por un ruido.
- Mmmm mmm...
Al terminar con esas muecas y ruido, me mira fijamente a los ojos, tragándose todo lo que había dejado en su boca. Separa sus labios y me dice.
-No pensé que fueran tan ricos, la textura es agradable. Tienes más para mi?.
La mire sorprendido, cojiendo un par de toallas y le dije.
-Tranquila, siempre hay más, por ahora vamos a salir de aquí y vamos a comer algo, que hay que recuperar energías.
Con la toalla, abrace su cuerpo y la empecé a secar, por todos lados, con tanta confianza como si fueramos pareja de hace años.