El ángel de la muerte toca a mi ventana.
Y escucho con claridad cada paso que da...
Se aproxima con elegancia hacia mi inerte cuerpo.
Aquel saco de huesos que recae en una esquina de su habitación.
Sus alas, llenas de plumas suaves tal seda me abrazan, decididas a no soltarme más.
Es ahí, donde siento la seguridad perdida hace décadas.
El frío se cuela entre mis huesos, provocándome tamblores.
Pero no siento nada, como siempre.
Cierro mis ojos, con la esperanza de no volver a sufrir más.
Y es ahí, cuando tus fríos labios tocan mi piel.
Fue así como, un beso cargado de muerte me llevó.
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Lovely thoughts.
Teen FictionCálidos, tal verano. Fríos, tal invierno. Letales, tal veneno. Pero, son sólo hermosos pensamientos.
