Abrí los ojos al sentir que la habitacion donde estava no era mia. Me incorporé y hicé una mueca de dolor, me dolia mucho la cabeza y no recordaba ni la mitad de lo que ocurrió a noche. Entonces la puerta se abrió dejando ver a un Jean sudado, vestido con un chándal.
Jean: - Buenos Dias.
Joana: - Hola.
Fruncí el ceño al notar que solo estaba en mi cama, con la ropa interior.
Jean: - Ayer no ocurrió nada. Tranquila.
Joana: - Deberias haberme llevado a casa.
Jean: - Estas casi inconsciente. No te iba a llevar a si a tu casa. Sobretodo porque le tengo cierto pánico a tu padre.
Haces bien en tenerle miedo Jean; pensé.
Jean: - Me voy a dar una ducha. He pedido el desayuno, no sabia que te gustaba a si que he pedido un poco de cada cosa.
El chico se metió al baño, yo me levanté de la cama, haciendo una mueca, el dolor de cabeza era insoportable. Visualicé mi ropa plegada en una silla y me la puse. Entonces llamarón a la puerta, me dirigí a abrir, era un botones que llevaba una enorme bandeja con el desayuno, la cogí y le di las gracias, y cerré con el pie.
Camié a otra sala de la habitación y deje en la mesa el suculento desayuno. Y me senté para espera a Jean y poder comenzar a comer. Minutos después apareció Jean, con su cabello ribuo cobrizo todavia mojado. Vestia una camisa negra y unos jean grises. Esta ropa le hacían parcer mucho mas mayor de los que era.
Jean: - ¿Llevas mucho rato esperando? – Dijo sentándose.
Joana: - No.
El chico el empezó a comer y yo hice lo mismo.
Jean: - ¿Cómo te encuentras? – Dijo dándole un mordisco a su tostada.
Joana: - No volveré a beber nunca mas. – Dije haciendo una mueca.
Jean: - Eso dicen todos. – Dijo riendo.
Joana: - ¿Cómo me encontraste?
Jean: - Despues de recibir tu peculiar llamada. Llamé a tu hermano, y me contó donde estavas.
Joana: - ¿Por qué me enviaste ese libro? – Le di un sorbo a mi te.
Jean: - Despues de lo ocurrido el otro dia, con lo del ciclista, y que tu me mirases como. ‘’Oh Jean besame, besame’’. Decidi enviarte eso en forma de disculpa.
Joana: - No hacia falta. – Dije dándole un muerdo mi tostada.
Jean: - Por cierto. El chico de ayer. ¿Era tu novio?
Yo me sonrojé.
Joana: - Un amigo.
Jean: - No deberías juntarte con el.
Joana: - Lo hizo sin querer. – Lo defendí.
Jean: - Te estaba obligando a hacer algo que tu no querias. Si no llego a venir no se que uviera pasado.
Joana: - ¿Dónde has dormido tu? – Decidí cambiar de tema.
Jean: - En mi cama.
¿Habia dormido conmigo?
Jean: - Si, para mi también todo esto es una novedad.
¿A que se refiere? ¿Nunca había dormido con una mujer?
Joana: - ¿Eras gay?
El me miró ceñudo.
Jean: - No, no soy gay Joana.
Joana: - Ah.
El rubio consultó la hora.
Jean: - Dberia llevarte a casa. ¿Te vas a terminar el desayuno?
Yo negué con la cabeza, se me había cortado el hambre al saber que Jean había dormido junto a mi, y yo iba en ropa interior. Nos levantamos los dos, recogí mi bolso y mi mobil y caminados hacia la puerta, Jean me abró y dejo que saliera yo antes. Caminamos por el largo pasillo del hotel y nos paramos delante de la puerta del ascensor, la puerta se abrió y entramos. Y las puertas se cerraron, estaba todo cubierto por espejos, mirase donde mirase podía ver a Jean. Me sentía incomoda. ¿Dónde estaba la melodía insoportable de los ascensores cuando la necesitaba? Los dedos de Jean pulsaron la planta baja. Yo solo lo miré a los ojos a través del espejo y instintivamente me mordí el labio.
Seguidamente escuche un gruñido de parte de Jean, y fui empujada bruscamente contra la pared del ascensor. Las manos de Jean agarraron la mias dejándolas encima de mi cabeza, haciendo que no pueda moverme. Seguidamente unió sus labios a los mios bruscamente. Una gran descarga eléctrica, explotó en mi estomago. Seguidamente dejé paso a la lengua de Jean. Encajaban tan bien, danzaban y bailaban al campas. Para mi desgracia el ascensor llegó a su destino y nos separamos de golpe.
Jean me cogió de la mano, y estiró de mi hacia la calle, lo observé de reojo, se le veía tan normal, como si no uviese pasado nada hace unos minutos. Llegamos a su coche, el me abrió la puerta y me ayudó a subir y cerró la puerta. Luego vi como daba la vuelta al coche con paso elegante, y subia en el asiento en el piloto. Y arrancó.
Jean: - ¿Qué me estas haciendo Joana? – Dijo pasándose la mano por el cabello que ya estaba casi seco.
Yo solo me sonrojé.
Jean: - ¿Haces algo el próximo fin de semana?
Joana: - No le se. – Me encogí de hombros. – No creo.
Jean: - Me gustaría quedar contigo Joana. Y…. Bueno… - No encontraba palabras parecía nervioso. – Mira yo no suelo quedar con chicas y para mi esto es muy raro. ¿Te gustaría hacer algo conmigo?
Joana: - Claro. – El me sonrió y por primera vez pude ver el Jean joven que era.
No hablamos mas en todo el camino, llegamos a casa. Primero bajó Jean, dio de nuevo la vuelta al coche, no me cansava de verlo, y me ayudó a bajar. Me acompañó a la puerta.
Joana: - Gracias por todo Jean.
Jean: - Estoy deseando que llegue el fin de semana. – Besó mi mejilla.
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Bad Influence
Teen FictionJoana Steele, una chica de 16 años, nada popular en la escuela, se cruza con Jean un apuesto y cautivante joven, que enseguida pone los ojos en ella. Jean intenta separarse de ella por miedo a que su pasado se interponga entre ellos, pero todos sus...