Capitulo 3

2 0 0
                                    

Estaba sentada tomando una Coca-Cola en la cubierta del Kate, papá había decidido ir hoy a dar una vuelta en el barco. Así que tuvimos que madrugar, aunque merecía la pena solo para ver el magnifico paisaje. En ese momento llegó Travis, solo vestía un bañador, y tenia el cabello empapado. Se sentó delante mio.

Travis: - Hoy la hermana de Harry. Hace una fiesta en su casa. ¿Iras?

Lo miré raro, yo no era aficionada a las fiestas, empecé a ir mas a menudo cuando  conocí a Júlia. Entonces caí, a el solo le interesaba si iba a ir Júlia.

Joana: - Si que iremos.

Travis: - ¿Vosotras solas?

Joana: - Júlia irá con un tal Elliot. – Mentí.

La cara de Travis se fue enrojeciendo, estaba enfadado. Tenia los puños cerrados fuertemente, y sus labios se habían convertido en una fina línea.

Travis: - Tengo que irme. -Se levantó de golpe. – Y por cierto tienes un paquete para ti. – Salió de cubierta dando grandes zancadas.

Fruncí el ceño, no solía tener correo, y no había pedido nada por internet, ya que si yo quería algo el señor Christian derrochador de dinero me lo conseguía. Me levanté y caminé al despacho de papá, llamé a la puerta, y entre. Papá se encontraba sentado en su silla negra con el teléfono el la mano y mamá esta sentada en su regazo.

Kate: - Tienes un paquete para ti Joana.

Yo asentí, me acerqué al escritorio de papá y cogí la caja cuadrada. Le hice el un gesto con la mano a mi padre en modo de saludo al que el respondió con una sonrisa. Salí del despacho y caminé hacia mi camarote, una vez allí me senté en mi cama. Miré detenidamente la caja. Seguidamente agarré las llaves de casa y con ellas rompí la caja, la abrí y contenía un libro. ‘’Flores en el atico’’. Abrí la primera pagina del libro y de ella cayó una notita.

Las mujeres saben de que tienen que protegerse porque leen novelas que les cuentan como hacerlo. JBM.

Me quedé mirando la notita y libro, sabía perfectamente quien la había enviado. ¿Pero porque?

Me encontraba, en mi habitación esperando a que Júlia me viniese a buscar para fiesta que hacia Harry Styles en su casa. Harry era un buen amigo mio y de la familia. Tenia el cabello rizado y de color castaño, unos ojos verdes intensos y cuando sonreía se le asomaban unos hoyuelos adorables. En ese momento papá me llamó desde abajo.

Christian: - Joana, Júlia esta aquí.

Guardé mi móvil en mi bolso y bajé las escaleras corriendo. Allí se encontraba Júlia, con sus típicos pantalones ajustados, su sudadera DC, y su gorro Geek. Y papá vestía su esmoquin, eso significaba que tenía una reunión.

Joana: - Adiós papá. – Besé su mejilla.

Christian: - Tu hermano estará por allí. Volveréis juntos a casa.

Yo asentí y salí de casa seguida por Júlia, nos subimos en su Cadillac y Júlia arrancó.

Júlia: - ¿Qué tal fue la cita? – Dijo mirando a la carretera.

Joana: - Normal. – Me encogí de hombros.

Júlia: - ¿Que hicisteis?

Joana: - Nada conversar.

Ella me miró, no se lo había creído, pero dejó estar el tema. Me daba vergüenza que supiese que había estado apunto de besarme.

Llegamos a casa de Harry, aparcamos el Cadillac. Y nos dirigimos a la entrada, una vez allí tacharon nuestros nombres y entramos. Nos encontrábamos en el salón, la música sonaba a todo volumen. Entonces Harry se nos acercó a saludarnos.

Harry: - Hola chicas.

Joana: - Hola Harold. – Le di un abrazo.

Júlia: - Ha venido mucha gente. ¿Tus padres saben algo?

Harry: - No. Papá y mamá tienen una reunión con tus padres. – Me señaló a mí. – Y luego se irán a una fiesta. ¿Os apetece algo de beber?

Nosotras asentimos, y seguimos a Harry hacia la zona de bebidas. Harry habló con los que estaban repartiendo bebidas, y un minuto después volvió con tres vasos, uno color azul, otro amarillo y otro rosa. Yo cogí el rosa y Júlia el amarillo. Hicimos chinchín y nos los bebimos de golpe. El extraño líquido bajó por mi garganta, haciendo que me ardiera. Empezamos a repetir copas hasta perder la cuenta.

Ahora Júlia se encontraba bailando como una loca en la pista de baile junto a Harry, y yo me fui tambaleando hacia un sofá, la cabeza me daba vueltas. ¿Cuántas copas había bebido? No lo sabía. Me volví a levantar y me dirigí de nuevo a la barra, y pedí otra bebida de esas. Me llevé el líquido a la boca y cerré los ojos al sentir como ardía en mi garganta.

Bebí tres cocteles mas, y ahora mismo no se como, me encontraba llamando a Jean. Dio señal al tercer pitidito.

Jean: - ¿Diga?

Un escalofrió recorrió mi columna al escuchar mi voz.  

Jean: - ¿Hola?

Joana: - ¿Por qué me enviaste el libro? – Dije arrastrando las palabras.

Jean: - ¿Joana, estas borracha?

Joana: - Solo un poco. ¿Por qué lo enviaste?

Escuche como Jean suspiraba. Estaba molesto.

Jean: - ¿Dónde estas?

Joana: - En una fiesta

Jean: - ¿Dónde?

Joana: - Adiós Jean.

Jean: - Espera…

Colgué, le saqué la lengua al móvil, y lo volví a guardar. Entonces fui consciente de que había llamado a Jean. Me estaba mareando, y todo lo que había bebido luchaba por subir de nuevo. Me levanté costosamente, y caminé hacia el jardín de atrás donde no había nadie. Me apoyé en la pared. Entonces vi como Harry se me acercaba también tambaleándose hacia mí. Se puso delante mio.

Harry: - Hoy estas muy guapa Joana. – Dijo arrastrando la palabra ‘’Joana’’.

Joana: - Gracias Harry.

Harry: - Joana. – Me acorraló contra la pared. – Sabes que yo quiero ser algo más que amigos.

Joana: - Harry yo no te quiero.

Harry: - No mientas, sé que te gusto. – Me agarró fuerte de la cintura. Se acercó lentamente para besarme, podía sentir su aliento a achol.

Joana: - No Harry.

Harry: - Shhh…

Joana: - Para por favor.

Me agarró la cabeza con la mano inmovilizándola. Y acercó sus labios a mi boca.

-Te ha dicho que pares.

Harry me soltó y los dos nos giramos para ver quien era. Era Jean.

Harry: - ¿Tu quien eres?

Jean se acercó a Harry.

Jean: - Soy el chico que si tocas a Joana te parte la cara.

Harry no dijo nada más y desapareció de allí. ¿Qué hacia el aquí? Jean se acercó a mí y me cogió del brazo.

Jean: - Vámonos.

Joana: - No.

Jean: - Por dios mírate. No te pienso dejar en este estado.

Abrí la boca para volver a negarme pero en vez de palabras salió el vomito que llevaba conteniendo.

Jean: - Mierda.

Jean me apartó el cabello de mi cara y dejó que siguiera vomitando. Tres minutos después el vomito cesó, y pude incorporarme.

Jean: - Vámonos de aquí.

Solo recuerdo sentir como Jean me cargaba en brazos y yo me quedaba dormida.

Bad InfluenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora