—¡Falta algo azul, carajo! —Gritaba TaeHyung en la habitación, mientras agitaba sus largos brazos con desespero. —¿¡JiMin, no tienes nada azul!?
—Mmm... —El nombrado buscó algo en su mochila y encontró un pequeño pañuelo azul. —¿Esto de aquí sirve? —Le mostro el trozo de tela a TaeHyung y éste lo tomó rápidamente.
—Sirve sí. —Sonrió al rubio y se encaminó hacia JungKook. —Aquí tienes Kookie, lo que faltaba.
—Eres muy exagerado Tae. —JungKook miró a su amigo, concluyendo que TaeHyung estaba más nervioso que el mismo. —Tranquilo Tae.
—Parece que es él, el novio. —Rió JiMin.
—¡Cállate! Solo quiero que la boda de mi amigo sea perfecta, nada más. —Miró nuevamente a JungKook. —Lo mereces. —Y le sonrió.
—Gracias Tae.
JungKook se paró del asiento que daba justo en frente de un espejo. Haciéndole una reverencia a la mujer que lo había peinado.
—Estas precioso. —JiMin fingió quitarse una lagrima de su mejilla.
—Gracias, tonto. —JungKook rió y le dió un suave golpe al mayor de los tres.
—Déjame sacarte una foto. —TaeHyung buscó en su bolso la cámara, y volvió rápidamente a donde se encontraba el menor, posicionándose como todo un fotógrafo profesional. —¡Dí whisky!
—¿Cómo salió? —JungKook se acercó a TaeHyung viendo la foto. —¡Dios! —Gritó, asustando a los otros dos, sonrió ante la mirada de TaeHyung. —Soy hermoso.
—Eres un tonto. —Suspiro JiMin. —¿Vamos Tae?
—Sí. —TaeHyung guardo la cámara nuevamente en su bolso y miró a Jeon. —En veinte tienes que estar en la puerta de la izquierda. ¿Sí?
—¡Sí, señor! —JungKook se paró firme, imitando a un militar.
—Nos vamos. —JiMin dio una última sonrisa al menor y tomó a TaeHyung del brazo para salir apresuradamente de allí.
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—Me veo como un pingüino. —Mencionó NamJoon.
—Pues yo me veo hermoso, como siempre. —SeokJin rió mientras se veía en el espejo del cuarto.
—No tanto como yo. —Esta vez habló YoonGi quién estaba en medio de ambos chicos.
Los más altos miraron al chico que estaba en el centro y sonrieron al ver como sus mejillas estaban rojas. Su mirada recorría su reflejo en el espejo y su sonrisa era el centro de atención.
