Capítulo 2

270 20 1
                                    

Robert retrocedió desconcertado. Uno de los extraños soldados le apuntó con un rifle instintivamente y el otro desenvaino la mitad de su sable de la misma forma. Al ver el retroceso y el gesto de taparse el rostro como defensa, interpretaron tales acciones como símbolo de que no quería atacarlos, mas seguían alerta.

Las cosas no hacían más que empeorar. No muy lejos se podía apreciar un gran ejército descansar, y un grupo de hombres que volvía al campamento probablemente luego de explorar el terreno.

Aprovechando una leve distracción de los soldados, que voltearon, siguiendo con la mirada al grupo que llegaba, se levantó como pudo y salió corriendo. Los soldados lo miraron extrañados y uno se dispuso a dispararle, pero lo detuvieron y decidieron no prestarle más atención a ese hombre extrañamente vestido, ya que hablaba su mismo idioma y parecía lo suficientemente debilitado como para morir en pocos días.

Lo el joven de cabello rubio ignoraba, era que uno de esos soldados (el que había evitado el disparo) aún lo seguía con la mirada.
_______________________________________

Robert se escondió y chequeó los objetos que tenía. Tenía armas variadas y municiones para una semana, puesto que había tenido una mochila con el equipo. Además, por un curso que había tomado, sabía cómo hacer balas con las mezclas y la pólvora  adecuadas.

Aunque no se podía decir lo mismo de sus provisiones y vestimenta: comida y agua para tres días, solo tenía una muda militar gris completa con camuflaje y un viejo chaquetón que por fortuna abrigaba, lo cual no era mucho considerando que la muda se usaría inmediatamente ya que la actual se hallaba destrozada y chamuscada.

Optó por cambiarse de ropa, colocarse el chaquetón y dejar su ropa antigua enterrada en el suelo.

Se recostó en un árbol a comer. A pesar que no entendía nada y probablemente estuviera agonizando bajo todas esas vigas y estas fuesen solo alucinaciones, su corazón duro de soldado lo obligó a permanecer en calma.

Estuvo así, perdido en sus pensamientos, cuando de pronto unos gritos llamaron su atención. Vió a algunos de los soldados extraños atacar a otros, eran un grupo reducido... y hablaban en inglés.

- Espías...-dijo para sí.

Aún así esto fuera muy raro, y no conociera bien a esos soldados, ni su situación, decidió que ellos lo habían salvado, y no solo era eso, sino un corazonada, algo en él, lo que llevó a cabo que cometiera esa locura...

_______________________________________

El pequeño qrupo de ingleses había tomado posesión de un rehén y amenazaban con su pérdida. Sinceramente, a los soldados no les hubiera importado mucho, si no fuese porque se trataba del soldado más joven y mas amable que había en toda la tropa, maravilla de tirador y espadachín nato. Su nombre era Silvain Jousset; alguien a quien nadie quería perder...

De repente, un disparo silbó en el aire, y certeramente fue a parar a la cabeza de uno de los ingleses. Al dirigir desconcertadas miradas buscanfo la procedencia del disparo, vieron a un hombre con el cabello rubio corto y piel bronceada, acercándose con extrañas armas en la mano. Eran armas de fuego, claramente, pero nunca habían visto unas con tal forma o tal diseño.

Los espías ingleses retrocedieron, amenazando más al joven que tenían en posesión. El que lo sujetaba le psó el brazo por el cuello y empezó a asfixiar al chico lentamente.

Robert avanzó a paso firme a la vez que los soldados de la época abrían paso dejando libre un corredor.

-¡Quitenle sus sucias manos de encima!- Gritó.

Con el extraño distrayéndolos, un francés disparó hacia el brazo del que tenía al pobre joven, provocando que lo soltase. Ambas formaciones se apuntaron mutuamente, dejando el enfrentamiento en un punto ciego.

Robert corrió, a la vez que sacaba un cuchillo manual, y en un ágil movimiento cubrió al joven en el piso a la vez que se cubría a si mismo, con movimientos que ninguno de los otros soldados conocía.

Se aferró al chico y rodó hacia su grupo, reincorporándose, sacó una de las cuatro granadas que le quedaban y al grito de "¡Cubranse!"
la arrojó hacia los espías.

La granada explotó, dejando solo unos cuantos soldados vivos pero malheridos y espantados.

Allí se desfogó con la rabia guardada de su propa batalla; sacó su revólver y, apuntando hacia los ingleses, teniendo cuidado de que ningún disparo fuese hacia sus "compañeros", comenzó a disparar.

_______________________________________

Luego de semejante escena, Robert volteó a ver a su grupo: algunos lo miraban con asombro, otros con temor, otros con celos... y la gran mayoría le apuntaba con el arma

Continuará...

_______________________________________
Llaminota:
Sh: Ehmm.... ¿Podrías dejar de mirar tanta televisión 7.7?
Nel torta v:B
Perdón por el cliché, porque es corto y por toda mi descarga de tontería, pero tengo unos encargos domésticos feos y estoy falleciendo @.@ Por cierto, estoy haciendo una carátula chafa, aunque doy lo mejor de mi, pero sigue saliendo chafa V':B
Mi primo alpaqueishon sigue cuadrado y jugando maicra ;v

Timeline: The Lost SoldierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora