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Mi suerte se había marchado hace una semana.
Ocurrió cuando mi madre dijo que vigile el arroz, pero me distraje leyendo en la computadora.
Fue así como ambas nos quedamos sin comida y mi computadora la guardo bajo llave como castigo.
Como si no fuera bastante ya mi padre también me quito el teléfono para evitar distracciones y así aprendiera mi lección.
A raíz de ello me enfrasque más en la lectura, termine de leer dos libros que tenía pendientes durante aquella semana.
Cuando estuvieron mis electrónicos de regreso decidi alejarme de ellos otra semana más, siendo difícil para mí fuerza de voluntad aprendería más rápido la lección.
El miércoles tenía que estar en el colegio durante la tarde porque pronto se celebraria una fiesta.
—¿Porque no te has conectado a Whatsapp? —, preguntó Tom desconcentradome de mi lectura.
—No tengo mi celular —, respondí sin apartar la mirada de mi libro.
En ese momento llegó el profesor con otros alumnos, ingresamos al salón donde estábamos reunidos.
La fiesta se celebraria en dos semanas, pero mi curso estaba a cargo de la decoración.
—¿Que aportaras? —, preguntó el profesor cuando terminaba de llamarme.
—El ingreso de las personas —, comenté al instante.
Mis compañeros aportarían telas, globos, galletas, ponche, música y demás porque ello les aseguraría estar dentro de la fiesta donde aprovecharán bailar.
Por mi parte decidí el hecho de sellar las boletas, tachar sus nombres de la lista al ingresar y decir "Disfruten la fiesta".
Sabiendo que el zumbido de la música seria aislado por una pared. Porque con mi decisión, estaría fuera de la fiesta y sin descanso alguno.
—¿Segura? —, preguntó el profesor con desconcierto mientras mis compañeros me miraban.
—Completamente —, respondí. El profesor anoto mi aporte en su libreta.
Cerca de quince minutos luego el profesor termino de anotar las funciones de mis compañeros. Yo era la única que estaría en boletería.
—Recuerden que sus aportes son vitales para la fiesta, gracias por asistir —, concluyó levantándose de su asiento.
Mis compañeros se levantaron hasta que el salón comenzó a vaciarse. Salí con el libro entre mis manos hacia la puerta.
—Ingreso, ¿Estas segura? —, preguntó Tom acercándose a mí con gran duda.
Mire una tienda donde podría llamar a papá quién vendría por mi puesto que no tenía mi celular conmigo.
—Estoy muy segura —, respondí por fin.
La conversación se vio cortada cuando marque el número de papá quién me informo que llegaría pronto. Pague lo correspondiente y emprendi rumbo hacia unas cuantas sillas.
—Estamos hablando de una fiesta, baile, personas. Pudiste decir que aportarias más Gallet..
—Ya he escogido mi función, fin del tema—, respondí cortando sus intenciones.
Una fiesta estaba cerca, aquellas fiestas de la adolescencia donde podría conocer a muchas personas, donde empezarían a hacer bromas y luego llendose a casa con compañía hasta el amanecer.
—Aseguro que te arrepentirás —, sentenció Tom a punto de reír.
Me senté cerca de la puerta donde podria ver cuándo llegará papá. Abrí el libro y continue mi lechita dejando de lado a Tom y sus palabras.
**
Habian pasado casi diez minutos cuando papá apareció en la puerta. Fui hacia el, Tom se había marchado hace un rato.
—Hola —, le dije tras verle.
—Hola, ¿Como ha ido todo? —, preguntó mientras comenzamos a caminar.
Mi estómago empezaba a gruñir del hambre.
—Bien, seré quién vigilará la entrada —, comenté escuchaba los árboles ondenado de un lado hacia otro.
—¿Estarás en la fiesta? —, preguntó con la duda haciendo presencia en su rostro.
Le expliqué a papá sobre ello, me llama mucho la atención ver quién ingresa y sale. El baile es algo que me gusta mucho, pero no cuando están mis compañeros. Le comenté que en verdad deseo marcar boletas de ingreso y quedarme sentada en una mesa hasta que la mayoría se marche.
—Si eso deseas no te lo impedire —, respondió papá tras todo lo que le expliqué antes.
—Gracias —, comente. Para aquel entonces ya habíamos llegado a casa, se despidió, con mis llaves quite los seguros e ingresé.
Con el hambre a flor de piel busque algo que comer, puse a preparar algo de pasta mientras leía el libro, preferí no marcharme de la cocina.
Cuando ya acabe de hacer la mi salsa especial mamá ya habla regresado del trabajo así que cenamos pasta.
—¿Boletería? —, preguntó mamá con el Mismo asombro de papá.
—Es lo que quiero hacer —, exprese mientras soplaba mi plato con pasta.
—¿Cuando es la fiesta? —, levantó una de sus cejas.
—En dos semanas —, respondí poniendo mi cabello tras mis hombros.
Continuamos hablando de lo importante que es colaborar a los demás y cosas de aquel estilo. Yo estaba algo cansada así que mi madre lavo los trastes y tras mi rutina de noche fui directa a cama.
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Entre correos [✔]
Short StorySeñorita maní, es su seudónimo en su blog literario en el cual comparte su amor por los libros y demás. Es así como un día recibe un correo, y esta vez. No es de promociones de libros, es de alguien mas. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. No se aceptan...