El Cuervo.

3.3K 157 1
                                    

— Katja solo te lo diré una vez, así que presta atención ¿has entendido?- dijo el hombre que se encontraba frente a ella.— no saldrás de esta casa sin mi permiso o el de tu madre.

— Claro, como tan social que soy.- dijo mas para sí misma que como una respuesta, para du desgracia, Arthur la escuchó.

— No me hables así niña.- dijo levantándose y golpeando la mesa.— Por tu estúpida actitud de suicida nos mudamos a este estúpido pueblo.

— Si tanto te molesta este pueblo para qué mierda no dejas que me muera y ¡Listo! - Exclamó por primera vez levantando la voz contra su padre.

Esa fue la gota que derramó el vaso, Arthur estaba lleno de ira, levantó su mano y le dio una bofetada, dejando marcada su mano en la mejilla de Katja. No era la primera vez que pasaba eso, en ocasiones anteriores ya le habían pegado así, incluso ambos al mismo tiempo, esa era la razón de su comportamiento suicida, no saber el por qué del odio de sus padres hacia ella.

— ¡Vete a tu habitación! no saldrás a menos que sea para ir a la escuela en la que te he asignado.- dijo al ver como la peliblanca había quedado tirada en el suelo luego del golpe, la tomo del brazo y la arrastró escaleras arriba para luego encerrarla en su habitación.

Katja's POV

Y la historia se volvía a repetir, ¿tanto me odiaban? entonces, ¿para qué tenerme? me senté en la cama, tengo una mesita de noche a un lado, abrí el cajón para encontrarme con una especie de mini-caja fuerte, la saqué y encontré en ella a mis únicas amigas Las navajas, el filo de estas empezaron a deslizarse por la piel de mis muñecas, pero algo me interrumpió ¿o alguien? era un cuervo, negro como la noche, que raramente se ha quedado en mi balcón observándome, dejé de pasar la navaja y la guardé en su lugar, me acerqué lentamente al cuervo tratando de no asustarlo. Cuando me estuve a una mínima distancia, alcé temerosamente mi mano para acariciarle, desearía ser un ave para poder volar libremente.

— No deberías estar aquí.- dije acariciando su cabeza.

No esperaba que me respondiera, ya que obviamente era un animal, pero me sorprendió que moviera su cabeza en dirección a la calle, dándose media vuelta y girándose a mí, dándome a entender que lo siguiera, pero ¿cómo? no podía salir, mi padre me había encerrado bajo llave.

— Quisiera, pero estoy encerrada.

El cuervo se movió y con su ala derecha me apuntó hacia una enredadera que había al costado de mi balcón, ¿cómo rayos podía ser tan inteligente este pequeño? sonaba ilógico.

No lo pensé más y cambié mi ropa, tomé una chaqueta y algo de dinero que tenía ahorrado, y bajé sigilosamente por la enredadera, cuidando de no hacer demasiado ruido y no ser vista por mis padres. Cuando toqué tierra, el cuervo empezó a volar en dirección de lo que parecía ser el centro, pero de pronto desapareció, dejándome perdida, no me quedaba de otra que caminar sin rumbo hasta llegar a un puente.

Don't Let Me Go. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora