Jennie resiono el botón de encendido de la laptop para después sentarse en la cama y colocar el aparato sobre sus piernas, las cortinas de sus ventana estaban abiertas dejando entrar la luz del sol, miro un momento por esta, era una hermosa tarde soleada, las mariposas y pájaros pasaban volando para bajar a descansar en los arboles del jardín.
Desvío la mirada y se concentró en la pantalla, aceptando la videollamada, inmediatamente aparecieron dos rostros muy familiares para ella.
- ¡MI AMOR! . - grito sonoramente su madre, la sonrisa de Jennie se hizo aun mas grande, su padre solo negó ante los gritos de su mujer.
-Mujer tranquilízate. - Se ganó la mirada con un puchero de su esposa y lo empujo del hombro.
-¿Como están?. - Hablo para tener la atención de ambos.
- Muy bien hija ¿Y tu?
-Estoy muy bien, e terminado de acomodar todas las cosas en su sitio. - Dio un leve vistazo encima de la pantalla.
-Me alegro. - Sonrió la mujer de tan solo 45 años.
- ¿Te esta gustando Seúl?. - La cuestiono su padre.
-Me encanta papa, es muy hermoso claro no tanto como Nueva Zelanda. -solto una risa. - El trabajo esta muy bien por lo pronto tendré que trabajar desde aquí pues Rose aun no termina todo el tramite de la compra de la empresa.
- Esa pequeña Rose me ha dejado sorprendido. - Comento su papa.
- Agradezco demasiado haberla conocido. - Jennie sonrió sumergida en el recuerdo de su pelirroja amiga. - ¿Utedes como están sin mi?
-Mal, te extrañamos demasiado. - Hablo rápidamente su madre. -Por otro lado estoy feliz. - Mostro una sonrisa amplia.
-En cuanto tenga oportunidad viajare a casa. - Levanto su dedo meñique. - Lo prometo. - El teléfono de la casa sonó. - Me tengo que ir, después hablamos. - Sus padres asintieron y se despidieron con un movimiento de manos y diciendo frases como ''Cuidate'', ''Aliméntate bien'', ''Te queremos'' e incluso un ''salúdame a Rose".
Tan pronto apago el aparato, corrio directo a la sala y para tomar el teléfono que no paraba de sonar.
- ¿Hola?
- Mujer necesito tu ayuda. - Contesto la amigable voz de Rose, Jennie camino con el aparato hasta la cama nuevamente.
- ¿Que pasa?. -Pregunto cuando ya estaba acostada entre las sabanas blancas
-Hay una empresa, mas bien mi ex-empresa. - Rio con nervios pero no comprendía por que, miro el espejo que se encontraba pegado en el techo, su rostro era gracioso, su ceño se encontraba fruncido y sus labios formaban un sutil puchero, demostraba claramente lo confundida que estaba. - Es que será mi ex-empresa por que ahora comprare la otra. - rio nuevamente. - ¿Entiendes?
- A decir verdad no entiendo. - La risa de Rose escuchaba fuertemente pero se callo de pronto al escuchar a su amiga.
- Bueno el punto es que uno de sus grupos necesita unos vestuarios deportivos, los haría yo pero solo me quedan 5 días hasta finalizar por completo el tramite.
- ¿Que no solo faltaban 3 días?
-Se suponía pero según esto hay inconvenientes uno de los grupos no quiere aceptar tan fácil el cambio de propietario.
-Tal vez le guardaron cariño al actual dueño
-Pues se tienen que aguantar el cariño, por que el Sr. Song acepta por que acepta mi oferta, le estoy ofreciendo mas de lo que de seguro costo la SM. Entreteiment y eso que esta empresa es mas chica que esa.