-¿Te gustan estas flores? Huelen muy bien- Te pregunté, mirándote de costado. Tus ojos felinos se achicaron debido a tu sonrisa.
-Huelen casi tan bien como tú- Contestaste rápido respirando sobre mi cuello.
Esa acción hizo que mi piel se erizara y mi cara se sonrojara. La vendedora me miró extrañada. Obvio que no entiende lo que causas.
Salimos de allí con un ramo de violetas. Sin soltar nuestras manos caminamos hasta el centro comercial a terminar de comprar todo lo que hacía falta para esta noche.
Era una ocasión única y especial para nosotros. No quería echarla a perder. Todo debía salir a la perfección.
Te mire y nos dimos una sonrisa cómplice.
Aún recuerdo la primera vez que te vi, estabas en la puerta de la biblioteca de nuestra universidad, con demasiados libros en tus manos como para poder ingresar. Desde que me dedicaste esa mirada al ayudarte quede prendido a ti.
Esa mirada que irradiaba amor, ternura, simpleza, compresión, todo eso que a mí me faltaba. Me lo diste sin pedir nada a cambio.
Aún recuerdo mi timidez al pedirte tu número. Recuerdo que no vacilaste ni un momento y accediste. Recuerdo que quede mirándote durante toda la tarde, no sé si lo notaste, nunca me anime a preguntarte. No podía dejar de observar tu ceño fruncido al leer esos enormes libros tratando de entenderlos. No sabia a que facultad ibas, por lo tanto revise los libros que habías sacado y deduje que eras de economía, así que siempre que salia de mis clases iba hasta la puerta de tu edificio para verte salir, así durante un mes.
No se que me pasaba contigo, yo nunca había salido con un hombre. Pero eras diferente en todo sentido, aun sin conocerte.
Recuerdo ese día que te diste cuenta que yo estaba allí y te acercaste.
-Nunca me escribiste- Me increpaste, mirándome con rostro serio.
-Mmm hola, perdón- Me sonroje por completo.
-Te perdono solo si accedes a salir conmigo, al menos una vez.- Sonaste muy convencido y asentí repetidas veces con una sonrisa discreta.
Recuerdo nuestra primera cita, aquella plaza. Nuestra plaza.
Nuestra primera vez, la primera vez que hicimos el amor, la primera vez que tus manos tocaron zonas de mi cuerpo que nadie había recorrido. La unión de nuestros cuerpos, cuando re confirme que no habría otra persona en mi vida que no fueras tú.
Nuestra primer pelea, cuando te vi hablando con ese chico en la cafetería que resulto ser Nam, el novio de tu primo Jin. Con quienes terminamos siendo grandes amigos y compañeros de karaoke.
Nuestro primer viaje a casa de tus padres a Daegu. Donde fuimos a 83 Tower y al subir al último piso te arrodillaste y me pediste que sea más que tu novio. Quizás era absurdo un compromiso a esta edad. Pero yo no necesitaba esperar más tiempo, sabía que te amaba de la misma manera y con la misma locura con la que lo hacías tú.
Detrás de ti aparecieron nuestras familias y mi corazón latía a mil por hora. Tenía al hombre que amaba, familias que nos apoyaban. Nada podía salir mal.
Solo tenía 22 años, tu 24 al momento que dimos el sí. Vestías un smoking negro con moño de igual color. Yo tenía un traje blanco sin corbata ni moño.
Jin se encargó de casi toda la fiesta la cual hicimos en la quinta de mis padres en la isla de Jeju, fue algo bastante íntimo. Nuestros padres, familias y algunos amigos cercanos.
Desde el momento que te vi, no pude dejar de llorar. Eran lágrimas de felicidad, de amor. Después de todo lo que había pasado en mi adolescencia, con mis problemas de autoestima y con la comida, no contemplaba la idea de que alguien pudiese amarme. Pero allí estabas, mirándome con el mismo amor de siempre.
No me arrepiento de haberte elegido. De todo lo que vivimos juntos. Porque fue hermoso.
-Vamos a casa, ya es hora- Dijiste, tirando de mi brazo.
Salimos del centro comercial, y tomamos un taxi.
Baje con las bolsas en ambas manos y abrí la puerta. Acomode todo, puse las violetas en un florero con agua en el centro de la mesa, termine de lavar todo y me fui a bañar.
Me cambie con lo que había comprado, elegí un jean claro y una camisa blanca nueva.
Ingrese a la habitación.
Tu lado de la cama aun hecho.
Tengo tu foto en mi mesa de luz. Esa foto que te tome en el rió Han cuando íbamos a pasear a los perros de mi hermano Taehyung ya que no podíamos tener los nuestros porque carecíamos de tiempo.
En esa foto veía al Min Yoongi que amaba, no parabas de reír ya que se te habían subido encima y te besaban.
Tome mi cámara a tiempo y me costó una sola toma.
-Eras hermoso amor- Dije en voz baja casi inaudible acompañado de un suspiro.
Despues de consumir el frasco entero de pastillas, lo deje junto con el agua sobre la mesa y me acosté. Mirando hacia tu lado de la cama.
-¿Por qué tuvo que pasarnos esto? Maldigo la hora en que ese hombre ebrio te arranco de mi vida.- Una lágrima se escurrió por mi mejilla, la cual limpiaste con la yema de tu dedo.
Allí estabas, frente a mí. Sin saber que decir.
-No digas nada- Te pedí- Ahora estaremos juntos.
-Te amo para siempre, Min Yoongi...
Y así, dejando de sentir mi cuerpo, empecé a sentir el tuyo, empecé a sentir tus labios sobre los míos. Y al fin supe que ahora no habría nada que nos separe. Al fin estarías a mi lado...
Las flores violetas hablan de amor y romance, aunque en los últimos años se la ha ligado con el luto.
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A mi lado... {OS YOONMIN}
Fiksi PenggemarToda mi vida es fácil contigo a mi lado, acompañándome en cada paso. Quisiera que dure para siempre. Lo haré durar para siempre. #53 en btsyoongi #13 en oneshotbts #31 en btsyoongi #12 en oneshotbts #765 en btsjimin #693 en btsjimin #8 en oneshotb...