Comprado (KookV)

07

-Tienes visitas Kim

Namjoon se sentó en el incómodo colchón, dejó el libro que se mantenía leyendo a un lado y se estiró. No esperaba visita alguna, su hijo y su nuevo abogado habían estado ahí hace dos días, si era sincero estaba más que cansado de tratar de encontrar una salida para aquel agujero, estaba casi acostumbrado a lo tajante de las personas, a los reos busca pleito y a los que estaban dispuestos a compartir un cigarrillo con él. Una parte de él le gritaba fuertemente que dejara atrás esa estúpida esperanza, no saldría, no vería a sus hijos crecer y ser felices, de hecho estaba por arruinarles la vida, se culpaba todos los días ser el causante de que su pequeño se casara por dinero ¿A caso eso había sido lo que le enseño? Sin animo y con un dolor en el costado izquierdo proveniente de una golpiza que le propino un oficial por haberse metido en una pelea,  tenía un nuevo tatuaje en su brazo derecho, un pájaro ¿Poético? ansiaba la libertad, quería extender sus inexistentes alas para volar lejos de ese lugar, lejos del dolor, lejos del mundo. 

Entro en la sala de visitas, no había nadie, el sucio cristal y las incomodas sillas lo hacían parecer una jaula de zoológico, de esas que albergan a los animales indeseados y ponzoñosos. Espero ver a Yoongi quien ademas de su abogado se había convertido en su llave para el mundo exterior, pero cual fue su sorpresa cuando descubrió amargamente que la persona que se encontraba al otro lado no era más que el protagonista de sus peores pesadillas. Se sentó por la sorpresa de ver aquellos enormes ojos castaños, que lo miraban con anhelo 

-Nam...Namjoon 

Su voz seguía siendo el coreo de los ángeles, sus piernas bajo esos horribles pantalones grises y desgastados temblaban, sus manos llenas de raspones y llagas sudaban, su cuerpo respondía ante la presencia del magnifico Kim SeokJin, suspiro y trato de mantener un semblante apacible 

-¿Qué haces aquí?

-Yoongi me llamó, Dios Santo Namjoon ¿Por qué no me llamaste? yo pude haber ayudado 

-No te necesitaba y sigo sin hacerlo, no se a que has venido pero te sugiero que te vayas, como te dije hace un año, no permitiré que tu familia me siga arruinando 

Fue testigo de como los enormes y castaños ojos, esos que eran capaces de desnudarle y dejarlo expuesto se llenaban de lagrimas 

-No, esta vez no lo haré, fue un error haberte dejado ir hace veinte años y más aún hacerlo hace un año, me puedes odiar, me puedes gritar o corres, pero no me iré, estoy aquí para ayudarte, no descansaré hasta el día que te vea en las calles disfrutando de tus hijos. 

Aparto la mirada, era casi una tradición, ellos se conocían a la perfección, sabían donde tirar para lastimar, pero también dónde tocar para embelesar.

-No has cambiado nada, creí que después de tu huida y tu matrimonio de mierda habrías cambiado, pero sigues siendo el mismo hijo de puta de siempre ¿Qué más quieres de mi? ¿No crees que ya te he dado suficiente? 

-No- suspiro con pesadez -Aún no obtengo lo que quiero de ti, lo repetiré, no descansare hasta no verte libre, doy mi palabra y mi apellido como garantía 

Namjoon cerro los ojos, estaba cansado de aquella situación, pretender se le daba bien, podía fingir no sentir dolor o incluso estar enamorado, pero ahí frente a frente a su peor miedo, sabía que por más que se negara no deseaba que SeokJin se escapara de nuevo.

-Haz lo que quieras 

Una sonrisa se asomó por el angelical rostro del hombre que no sobrepasaba los treintaisiete años 

-Cuidaré de tus hijos, será mi muestra de agradecimiento y amor, no te preocupes por ellos

Namjoon soltó una carcajada -Sabía que el apellido Kim no podría ser de alguien más que de tu familia ¿Qué es tuyo?