Esparaba todo el año con ganas el verano, decías que estarías cerca de mí, a tan sólo diez minutos, dejaríamos de vernos solo los viernes y estaríamos juntos casi todos los días. Nos bañariamos juntos en la piscina y en el mar intentando imitar el baile de dirty dancing aunque la mayor parte de las veces acabáramos sumergidos en el agua comiendonos a besos. Me atraía la idea de que tus labios fuesen además de suaves, salados y mojados.
Pensaba ir a ver los atardeceres sin importar si era en el pico de una montaña o en la orilla del mar, porque la vista era una obra de arte, pero tu eras mi lienzo favorito.
Me encantaba la idea de probar todos los sabores de helado a tu lado y mancharte la nariz como si fuese tu cumpleaños y comer de ti. ¡Oh sí!
Esperaba un mensaje a media noche con un:
-Elisa ¿sabes de qué tengo ganas?
De follarte.
O simplemente un ojalá tú aquí conmigo y qué le den al calor y al sudor porque tú y yo piel con piel somos uno.
Lo que pasó, fue muy diferente, tan distinto que hasta duele recordarlo: no fuimos a ningún sitio, nos veíamos igual o incluso menos que en la odiosa rutina de la universidad, no bailamos ni de noche, ni de día, ni el mar ni en la tierra. Tampoco me escribió, ni vimos ningún atardecer que nos recordara que el verano es en ocasiones la mayor de las expectativas y la peor de las esperanzas.
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Todo Lo Que Nunca Te Dije
RandomLa realidad de una relación de pareja, no siempre es fácil. Los momentos difíciles están, ocurren y pasan aunque a veces nos olvidemos de ellos porque los buenos invaden nuestra mente. Escribo cuando siento, eso significa que no soy de hielo y que n...