Yo me pregunto, ¿no? ¿Por qué decidiste irte así sin más? ¿De verdad no me extrañas? ¿Ni un poquito? ¿Eres conciente de que me hiciste lo que dijiste que jamás serías capaz de hacerle a nadie? No lo entiendo.
Y si hubiese sabido que aquella noche sería la última vez que oiría tu voz, entonces hubiera aprovechado para despedirme. ¿Ahora qué se supone que debo hacer? ¿Continuar con mi vida como si nada jamás hubiera sucedido? ¿Como si nunca te hubiera conocido? ¿Eso es lo que tú estás haciendo? Dime cómo lo logras, porque a mí se me hace imposible.
Citando a John Green 'no puedes cambiarme por completo y luego irte'. Tu presencia en mi vida ha sido una completa revolución.
Te extraño, ¿si? Lo admito. Pero simplemente no puedo seguir pensándote. Y te odio por eso; te odio porque no puedo odiarte, por mucho que lo añore. Te abrí mi corazón, te lo confié, y lo único que fuiste capaz de hacer fue romperlo.
Y ¿qué hay de todo lo que pasamos juntos? Esas largas charlas por las noches, nuestras canciones, nuestras tontas peleas, nuestros secretos, nuestras películas, nuestro beso... Nuestro único beso. Y todas esas sonrisas, esas palabras que aún resuenan en mi cabeza. Y ¿sabes qué? Me conociste bien... Bastante bien. Pero sin embargo no llegas a conocerme del todo. Hay muchas cosas sobre mí que aún no sabes y que, probablemente, jamás sabrás. Y creo que al fin y al cabo yo tampoco logré conocerte como creí. Debí imaginarlo... Jamás tomaste mi mano, jamás fuiste capaz.
