sexto

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nota: sólo quiero decir que no soy doctora, por si ven algo que no va. de todo modos, es ficción y traté de hacerlo parecer lo más real.

La tina está llena, el agua es completamente helada, el frío recorre con gran velocidad hasta llegar a sus huesos, y él está dentro con la ropa puesta.

Cuando Hoseok colgó la llamada, Jimin se vistió velozmente para ir por él. Al abrir la puerta, encuentra al castaño tirado en el suelo y sus brazos tienen pequeñas rayas de sangre. Sin pensarlo mucho lo tomó en brazos, lo subió al coche y condujo hasta su casa, nuevamente. Hoseok parecía no reaccionar a los llamados de Jimin. Al llegar a casa, lo metió a la bañera y prendió el agua helada para hacerlo reaccionar. El menor chilló pero no salió de la bañera.

Llevan casi media hora así. Hoseok tiene las rodillas pegadas en pecho, la barbilla apoyada en ellas y sus manos juegan suavemente con el agua fría. Jimin está sentando en el suelo, un poco mojado por luchar con el castaño. Su espalda está contra la pared.

No le ha preguntado nada aunque quiere. Mejor espera a que Hoseok hable primero, cuando se sienta cómodo y seguro.

—Ellos sólo entraron y se pusieron a ver toda la casa. Ayer traté de arreglar lo mejor posible todo, pero fue inútil. El orden fue lo que menos importó —ríe, amargo—. ¿Sabes que fue lo primero que revisaron? El refri. No había nada ahí. Sólo una botella de agua a medio beber y leche caducada.

Se muerde el labio para no sollozar, pero no aguanta. El llanto abandona sus labios, se lleva la mano a la boca, tratando de callarse.

—Se lo llevaron. Dijeron que no soy apto para criar a un niño, que porque tienen muchas necesidades y la mayor es el alimento. ¿Creen que no lo sé? Joder, no me levanto a las 6am para ir a jugar a los parques —niega con la cabeza. Con un poco de agua se limpia la cara de lágrimas—. Mañana tengo que ir a las oficinas para firmar unas cosas y declarar. No sé que diré. No hay nada más que decir, ellos vieron como vivíamos y eso es suficiente.

—Mañana iremos. Te dije que te ayudaría a traerlo de vuelta y eso haré. Veremos la manera ¿okay?

Hoseok se encoge de hombros y suspira.

Necesita saber que su hijo está bien ahora. Cuando la señora tomó a su conejito en brazos se veía tan asustado y frágil. Pataleaba, lloraba para que lo suelten y lo dejasen con su papá. Hoseok le decía que todo estaba bien y que pronto volverían a estar juntos. Un señor solo se rió, burlándose de ellos.

Sale de la tina y Jimin lo seca. Le presta ropa cómoda para que pudiese cambiarse. El bóxer es grande al igual que el suéter. Si a Jimin le quedaba grande, imagínense a Hoseok. Recuesta al castaño en la cama y dice que volverá pronto, que le preparará algo para comer. Sabe que no ha comido nada en todo el día.

—Hoseok—le llama cuando vuelve al cuarto con un plato de sopa.

Deja el tazón sobre la mesita de noche. Sacude un poco al castaño y no despierta. Coño. Hace un poco más bruscos los movimientos y nada.

Su cuerpo se siente pesado al cargarlo. Lo acuesta en el asiento trasero del auto y se dirige al hospital más cercano. Ahí lo atienden unas enfermeras, llevándoselo en una camilla. Una muchacha le pidió todos los datos de Hoseok antes de irse a la sala de espera. Se sienta a un lado de una señora grande, se ve un poco afligida, su rostro denota preocupación.

—¿Familiares del joven Jung? —un doctor canoso sale de un pasillo con una tabla en sus manos, anotando algo.

Jimin se para y se acerca al hombre.

—Nombre y parentesco con el paciente —el doctor saca la punta de la pluma para comenzar a escribir.

—Park Jimin y eh-eh pareja —dice. No podía decir nada más ¿hermano? No se parecían en nada, y si decía amigo no le darían nunca la información.

bracelets ❀ jihopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora