Había vuelto el lunes, ese día de la semana que todos odian, las clases volvían y la gran pesadez de levantarse aparecía peligrosamente por los cuerpos de los humanos y no humanos, pues nuestra dulce protagonista la cual se situaba dormida de forma tranquila y apacible abrazando al individuo que estaba de espaldas, ella dormía mientras que los rayos de sol aparecían por la habitación e iluminaban el cuarto ligeramente, el joven despertó primero, por un rayo de sol que golpeó suavemente en sus ojos azules zafiro, Kamijo se giró al notar unos brazos delicados y aparentemente suaves alrededor de su cintura, al girarse vio a una chica dormida profundamente, Mikaela, se veía como un ángel, tan indefensa e insignificante. El joven procedió a acariciar su mejilla de forma suave, como si fuera a romperse en cualquier momento, era una chica muy especial para él y no era solo por su sangre, sentía cosas que nunca sintió por otra persona ni otro vampiro ni por otro humano, ni otro ser de otro planeta, era sin duda increíble la gran ternura de aquella joven desprendía con solo su mirada ¿Como algo tan bello podría estar con tal ser que habría matado a cientos de personas para saciar su sed de sangre? La joven peliblanca comenzó a notar aquellas acaricias que tanto le estaba gustando, eran suaves y delicadas, tenían mucha calidez en ellas a pesar de tener la piel fría podía sentir el pequeño calor que desprendía de aquella mano tan suave y pálida como la mismísima nieve, poco a poco comenzó a despertarse, abrió poco a poco los párpados dejando ver sus hermosos ojos verdes esmeraldas los cuales brillaron al encontrarse con los ojos del muchacho que aún la seguía acariciando de forma suave, sus mejillas entornaron a ser algo rojizas ya que era la primera vez que dormía cerca de un chico.
--Buenos días, my rose.
Dijo el chico, su voz era ronca y dulce, el muchacho de cabellos rubios paró sus acaricias para poder observarla mejor, le parecía tan bella cuando se sonrojaba se seguía preguntándose como ella pudo conquistar a aquel corazón muerto.
--Buenos días, Kamijo.
La chica contestó con cierto nerviosismo pero a la vez con ternura, observó la hora y vio que ya era hora a que se levantase, había clases y debía de contarle todo a su gran amiga Akira, la cual seguramente estaría preocupada por la desaparición de Mikaela en el baile de máscaras, la verdad había algo que le preocupaba y era que seguramente tres de las chicas más populares del instituto la estará esperando en la entrada, pero no solo eso..... Era novia del maestro de música, ¿lo podrán esconder? ¿que pasará si alguien se entera de su relación? ¿los separarían? ¿le meterían en la cárcel? ¿Que le ocurrirá a ella? Tantas preguntas y tan pocas respuestas.
--Oye Kamijo.... ¿que harías si nos descubren?
--¿Por que la pregunta?
--Curiosidad...
--En verdad, si nos descubren no dudaría en llevarte conmigo, a un que en donde iríamos sería a mi mundo, pero yo mismo te protegería. Eres muy importante para mi a pesar de solo conocernos muy poco y e de ser tu maestro de música, estaré a tu lado, en lo bueno y en lo malo, mi doncella.
La chica lo mira sorprendida, no se esperaba tal respuesta, pensó que se iría y la dejaría pero al parecer se equivocó. Simplemente sonrió suavemente y por simple instinto se juntó más a él para luego juntar sus labios con los del chico formando así un beso tierno, suave y con lleno de sentimientos, las mejillas de ambos entornaron rojizas tímidos, por aquel beso tan inesperado, el joven puso su mano de forma delicada sobre la mejilla de Mikaela. El beso comenzó a ser cada vez más intenso, más y más hasta que el aire comenzó a faltar, se separaron y juntaron sus frentes de manera cariñosa, a pesar de que Kamijo fuera más mayor que ella la amaba y mucho, a pesar de ser vampiro y que todos los problemas vayan a aumentar seguiría a su lado hasta que el destino los separe, ya que bueno, Mikaela es humana, pero tenía el valor de que algún día pudiese convertirla en una indudable hermosa vampiresa, aun que eso le implicaría separarse de aquellos a los que podrán añorar.
Las horas pasaron y los dos se dieron cuenta que ya había pasado bastante rápido el tiempo y no podrían ir a la escuela, se situaban ya en el salón el cual Mikaela, la joven chica estaba abrazando de forma delicada con su cabeza posada en el pecho del joven mientras tanto el chico acariciaba los hermosos y finos cabellos blancos de la chica con cuidado sin llegar a hacerla daño, hablaban de todo tipo de cosas, de gustos, etc. Reían y se daban suaves y cortos besos de vez en cuando.
Las horas pasaron y Kamijo debía de irse ya que habían pasado mucho tiempo juntos y él debía de trabajar algunas cosas, con un pequeño beso se despidió de ella para luego desaparecer a los segundos, la chica emocionada comenzó a hablar sola y a sonrojarse recordando los buenos momentos que tuvo con Kamijo y eso le alegraba mucho. Comenzó a escribir a su amiga Akira, claramente estaba muy preocupada y la regañaba por no haberla hablado ni avisado de su ida, aun que no estaba del todo enfadada ya que sabía que estaba aquel día con Kamijo, decidieron quedar ese mismo día para hablar.
Akira estaba esperando en la entrada del parque mientras caminaba de de forma lenta y tranquila de un lado a otro, hasta que vio una figura muy conocida, ese cabello albino que relucía bajo los rayos de sol y esa sonrisa que iluminaba su camino, la joven caminaba con gran felicidad hacia su amiga Akira, cuando estuvieron cara a cara sin dudar se dieron un gran abrazo el cual era suave. Akira al separarse le dio un golpe en el hombro por lo que Mikaela saco la lengua y cerraba un ojo viéndose realmente tierna.
--¿¡Por que no me avisaste que te ibas!? ¡Me preocupaste idiota!
--Lo siento, lo siento, Kamijo me sacó de la fiesta después del bailar y mi móvil se quedó sin batería, al llegar a casa, pues me dormí .
--Espera...¿Que hicisteis el profesor Kamijo y tu?
Mikaela tuvo un pequeño recordatorio, a parte de ser su profesor y tener más edad, escondía un secreto muy profundo, el cual la tomaría los peligros más horribles,.
Las jóvenes comenzaron a caminar por el parque, hablaban y reían como siempre hacían, Mikaela le contaba todo sobre Kamijo y lo que hicieron, está claro que ella mintió como que le dijo que después del baile la llevó al hogar y se fue.
--Mikaela, ¿ese no es el maestro Kamijo?
La joven albina se giró rápidamente viendo aquel hombre que tanto amaba, pero había una cosa que no cuadraba, ¿Quien era esa mujer que estaba con él?
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¿Mi maestro es un vampiro? (Kamijo Yuuji x Mikaela)
Random¿Alguna vez te enamoraste de un vampiro?¿no? ¿O que encima es tu maestro? pues yo te explicare como se siente ya que muchos peligros acechan con tal de estar cerca de uno, las sensaciones que uno experimenta al estar con aquel que amas, deberás deja...