P r ó l o g o

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Love who loves you back, turn me on, turn me on...
Claro, la maldita alarma a las 6:30 am pero ¿qué demonios? Lunes por la mañana, la resaca a lo que daba, clase de filosofía a primera hora ¿quién tenía mejor suerte que la mía?

Me levanté de la cama, tomé mi bolsita de aseo y salí directo a los baños.

—Mira a quién tenemos aquí, a la reina de los shots... —Me dio un pequeño codazo en el hombro y reí bajito.

—Cállate, Jin, no es divertido ¿bien? No sé qué carajos tenían esos chupitos que me hicieron tanto daño. —Negué con la cabeza y seguí avanzando.

—Claro, tal daño que te subiste a la tarima a bailar con las meseras. —Se rió y sacó de su bolsillo su teléfono —Mei, ya todos han visto tu vídeo, ya no esta en ninguna parte, pero, yo lo descargué como recuerdo.

—¿Cuál vídeo? —Fruncí el ceño y antes de que me dijera algo ya me había plantado la pantalla en la cara para ver como mi hermano trataba de bajarme de la tarima y yo... ¡Yo me quitaba la camisa para seguir bailando!

—La niña buena y pura se salió de control ¿cierto? —Me sonrió —No pasa nada, sigues siendo la princesa de la universidad, tu hermano ya se encargó de borrar el vídeo y de amenazar a todo él campus para que no te digan nada.

Suspiré y seguí mi camino hasta los baños, me di una ducha y nadie me miraba extraño ni hacían comentarios, iba a ser horrible si perdía mi actitud de niña linda por una estupidez de una noche.
Me di golpes de pecho y me juzgué a mí misma, incluso me juré no asistir nunca más a una fiesta de esas, Hoseok se había matado para que yo tuviera una vida digna en la escuela, no podía echarla a perder.

Regresé a mi cuarto, tomé mis libros y corrí como si vida, literalmente, dependiera de eso, ya iba tarde a la clase y la señorita Oh no me lo iba a perdonar.

—Lo siento tanto, prometo que será la primera y última vez que llego tarde. —Sequé con mi manga las gotitas de sudor de mi frente.
La maestra no dijo nada, solo hizo mohín con la cabeza de dejarme pasar.

Toda la clase me la pasé pensando en cómo limpiar mi reputación, quizás debería unirme a algún grupo de caridad o quizás a la Iglesia... ¡Demonios! Mi hermano debía ayudarme con esto, hacerme olvidar lo que pasó.

Corrí hasta el edificio de su dormitorio, ni siquiera pedí permiso para entrar pero en cuanto me escuchó, apagó el monitor del computador y se echó a la cama.

—¿Mei, qué te pasa? ¡Te he dicho que no entres así a mi cuarto! —Gritó furioso.

—No es como que vayas a tener a una universitaria entre tus sábanas ¿o si? —Ambos reímos, pero claro, Jung Mei siendo cotilla como siempre, me había quedado la espinita de saber qué rayos estaba viendo mi hermano ¿habrá sido pornografía? —Hobi, necesito tu ayuda...

—Claro, cuando me dices "Hobi" en ese tono de niña pequeña es porque algo quieres ¿ahora de qué se trata? —Viró los ojos y dio palmaditas a su cama para que me sentara con el.

—Necesito que me ayudes a olvidar lo de anoche, sé que, se que te has esforzado en mantenerme a raya pero.... Dios.

—¿Lo dices por él vídeo? Oh, vamos Mei, es demasiado gracioso para que lo olvidemos.

—Eres demasiado imbécil ¡Yah, olvídalo! estoy segura que incluso fuiste tu quien lo subió —Como buena excusa, corrí hasta el escritorio y abrí la computadora, era una página de peleas clandestinas. —¿Qué es esto?

—¿Por qué tienes que ser tan metiche, huh? —Había apretado la mandíbula, podía escuchar sus dientes rechinar, estaba furioso.

—Di-dime qué es esto, Hoseok... si no me lo dices le diré a mamá que fuiste tu quien robó ese auto hace un año.

Fight for your loveWhere stories live. Discover now