-¿Puedes pasarme el mando? Se me ha caído- pidió Mark.
-Ya es la cuarta vez que se te cae- me quejé mientras me agachaba a cogerlo.
-Es que tú luces mejor cuando lo recoges- me giñó el ojo mientras trataba de cojer el mando de mis manos.
-Mark, hoy duermes fuera en la caseta del perro- dije.
-No tenemos perro- dijo confuso.
-Por eso.
-...
-...
-Mereció la pena- dijo y se fue al patio a sentarse
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