Equilibrio

Prólogo

Prólogo

(Siglos atrás)

El mundo está cuesta abajo

Las calles oscuras y frías. Hacen que los sanos se sientan moribundos. Que las almas de por si se pierdan entre los murmuros. Lo trae el viento. Es inevitable. Al menos para toda Europa, Asia y parte de África. Pero no para ellos. El mundo pide a gritos equilibrio. Y eso les dieron.

Ellos al menos sabían lo que hacían. La sabiduría era algo común en ellos. Pero aún así. Tenían años buscando una cura. Descubrieron una alianza oscura. Una unión desde un punto de vista lógica. Quizás eso explica como ahora están unidos por sus corazones.

Cuando se presentó en Italia ya habían sido avisados y corrieron a España. Buscando la cura. Tratando de que no sucediera pero ella se lo había dicho. Eso era inevitable. Había personas que no debían estar aquí. Esto afectaba al mundo entero. Y hacia peso en los hombros de Mara. Que Joshua erguía con solo una suave mirada.

Ella era la muerte.

Él su vida.

Ellos estaban para crear equilibrio.

Realmente no eran tan mal desde un punto de vista.

Eso pensaron hasta que la peste se volvió más de lo que creyeron. El olor a quemado constante y las cenizas ahora eran habituales en sus rostros. Ahora a Mara se le marcaban las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, que al ser puras se manchaban con el negro del carbón. Joshua cada vez menos asentía al ver a un niño o tal vez a un joven. Y ella acariciaba rostros con ojos rojizos y labios secos. La bilis les llegaba a la garganta. Aún eran humanos.

Una propuesta de aquellos que les eran superiores. Le hicieron pensar que estaban hechos para ello. Pero el trato seguía en pie. Y esa era la solución.

Era cierto. De alguna manera era real.

Ellos procrearon gemelos en esos tiempos de silencio mortal.

Todos callaron.

Pero esta vez era que los niños habían nacido.

Y ese fue el final.

Su muerte.

Su vida.

Un sacrificio, un simple sacrificio

¿Nunca escucharon que la vida y la muerte van juntas de la mano?

¿No?

Pues es hora de que lo hagan.