long-shot

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Erika había logrado algo que antes nunca podría haber hecho pues se había aliado a quien la protegió en aquellos tiempos difíciles en los que se había denominado como ella, todos sus amigos le habían abandonado, pero ahora, era el tiempo de poner aquella amistad más unida con quien nunca le había abandonado, su amigo y "amado" Kenny.



El día de hoy, se cumpía ya 10 años de aquel incidente, el olvidado a la fuerza de sus mentes, pero eso no es lo que traía a Erika a este camino.

Kenneth invitó a su amiga a conocer su círculo de amistades, debía ser de extrema confianza, si aquel chico había decidido abrir su coraza.

Se escucharon tres golpes en la puerta y abriendose por parte de la chica, ambos habían cambiado.

Erika era más delgada y vestía una blusa, chaqueta de cuero, botas y medias negras, junto con una falda de mezclilla que le llegaba un poco más arriba de las rodillas. Mientras que su amigo, estaba más corpulento, con su destacable cabello rubio. Vestía playera de tirantes y botas negras, su chaqueta morada a rayas negras y un pantalón entubado de mezclilla.

-¿Nos vamos Erika?-habló sonriente mientras esperaba en el marco de la puerta.

-¿estás seguro de esto? No conozco a nadie más que a ti-la mirada que ella le daba era abrumadora, no podía estar segura de que todo iría bien.

-Cartman, tranquila, yo te protegeré.

Lo miró a los ojos y le dedicó la mejor de sus sonrisas, extendió su mano, a lo que él la tomó, La jaló hacia su cuerpo, y su amiga no sé negó a abrazarlo, rodeandolo con sus manos, En un silencio realmente tranquilizador.

-Te amo Kenny-habló la chica sin dejar de sonreirle.

-Y yo a ti.

A pesar de hablarse de forma tan cariñosa, no, no eran pareja. Intentaron hacerlo pero de nada les sirvió, solamente, no eran compatibles, pero el amor mutuo que sentían no se desvanecería con tanta facilidad, de verdad se amaban pero aún no estaban seguros de que manera lo hacían.

Finalmente se separaron, unieron sus manos y caminaron de aquella manera; mientras se ponían al día con lo sucedido. Hasta que se fueron adentrando en aquella ciudad, llena de recuerdos, de amistades, peleas, sus vidas.
Cuando Erika se dió cuenta, ya estaban en los barrios bajos, donde todo se veía espeluznante; pero no le importaba, sabía que Kenny la protegería, ambos se sentían protegidos, habían puesto a aprueba tal amor años atrás.
Ya en aquella casa, con amigos únicamente de él, decidió su amigo tocar la puerta, pero antes de hacerlo la miró, esperando su aprobación.

-¿Estas seguro que todo estará bien?-habló mientras temblaban aquellos ojos bicolor llenos de inseguridad.

Cosa que enterneció a su protector, le sonrió, tratando de transmitirle toda la seguridad posible, cosa que logró con facilidad.

-Todo estará bien, los conozco desde hace tiempo, y querían conocerte.

Tocó a la puerta mientras que la chica corría a aferrarse al brazo derecho del pelinegro, mientras que sus amigos, con pintas poco presentables abrían la puerta, tres chicos que no son necesarios describir se avalanzaron a su amigo, haciendo que Cartman se soltara.

-¡¡¡¡Hace mucho tiempo que no te vemos bro!!!-Habló el más alto y musculoso, empujando a los otros dentro de aquella destartalada casa.

-Si, me alegro de verles, pero ahora les voy a presentar a mi amiga, Erika Cartman.

-Oh.

Se escuchó de uno de ellos mientras iban a algo parecido a una habitación, que estaba a la izquierda de una cocina. En lo que el tercer amigo permanecía parado frente de ellos, con algo parecido a una sonrisa.
Erika estaba nerviosa, jugando con sus nudillos, no se sentía cómoda en aquel lugar. Deseaba irse. Pero, ¿pero qué hacía? Parecía Butters actuando de tal forma. Si quería cambiar completamente tenía que ser más segura, cómo antes. Solo necesitaba su seguridad de vuelta, nada más. Respiró profundamente y dió una sonrisa cálida.

Estoy SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora