One last long-shot

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Se sentía tan sucia, tan inservible, su cabello cortado hasta parecer un chico, su piel estaba amoratada, no podía sentirse peor que una sucia puta... ¿cayó en lo mismo? No, ni tenía el derecho para decir cosas tan atroces.

Sus lágrimas salieron mientras dejó de mirar a lo demás, no deseaba ser vista, era horrenda; tanto física como ella misma, trataba de ocultar todas sus heridas con sus manos, sentía como sangre salía de aquellos lugares donde apretaba al mismo que caían fluídos de su entrada. Abrió los ojos, observó como Kenny lo miraba en estado de shock, estirando una mano para que ella la tomara.

Oh dios, se sentía tan asquerosa, decidió mirar a otro lado puesto que no soportaba aquella mirada. ¿pensará que soy asquerosa? ¿qué soy como todas con las que ha estado? ¿qué nunca fue lo que esperaba?

Lloraba y lloraba hasta que escuchó un quejido a su lado, Kenny se doblaba de dolor con los párpados cerrados con fuerza tirando unas lágrimas. Erika de la preocupación decidió tranquilizarse así que, antes de acercarse a él hizo ejercicios de respiración y finalmente se arrastró en su nombre, puesto que no existía fuerza alguna en sus piernas.

-Estás despierto desde antes, ¿o me equivoco?-cerca de él, recostó su cabeza de Kenny en sus piernas, acariciándola, cosa que lo alivió-perdona que este así pero, los chicos rompieron ciertas ropas mías.

-¿Cómo lo sabes?-habló tratando de dismimuir el dolor que sentía.

Se quedó callado acerca de aquel otro tema, sabía que ella odiaba cada parte de su cuerpo y más ahora que la habían lastimado tanto.
Con su mano derecha acarició su mejilla dándole todo su apoyo con su cálida mirada.

-Mueres todos los días... y cuando regresas, no hay marcas ni dolores.

-...-se quedó callado he intentó sentarse de nuevo, recargado en aquella pared acercándola y abrazando su cuerpo- lamento no haberte protegido, yo solo... veía desde el infierno tu sufrimiento... lo siento tanto.

Erika miraba hacia arriba, le causa su cuerpo cada vez más asco, ni siquiera sabía porque pensaba más y más las cosas hasta que sintió como se la colocaba sobre él, abrazandose más, casi pareciese que llegarían a fusionar sus cuerpos, Su respiración se entrecortaba, el calor que ambos se daban los hacía sentirse protegidos pero, cuando ambos se estaban tranquilizando se separaron a lo cual, ella se sentó a su lado cubriendo su cuerpo. Él la miró con aquellos ojos rojos pero igualmente se abrazó a sus piernas.

-Cuando nos trajeron... tiraron nuestras cosas, también te golpearon un poco y, cuando traté de defenderte... ellos me golpearon en el estómago... Es estúpido preguntarte pero, ¿Cómo te sientes ahora?

-Me siento tan... repugnante, inservible, inútil... Sucia.

-Erika...-se acercó a ella, a pesar del miedo que le recorría abrazó su cuerpo nuevamente cuando estuvieron unidos le tocó su rostró dando un cálido beso en sus labios- para nada eres lo que hablas... yo siempre he creído que eres más de lo que dices.

La besó otra vez lentamente olvidando en que lugar estaban abrazados como si temieran nunca volver a verse, se separon a falta de aire miraban sus rostros con respiraciones agitadas mientras que el rubio acariciaba el cuerpo contrario con tanto amor y deseo que la hacía estremecerse no tenía idea de, si era por los golpes o por aquel tacto que desde antes ansía sentir, abrazada a su cuello trató de tranquilizarse hasta que decidió mirarlo.

-¿Qué haré ahora que me has visto?-susurró nerviosa cerca de él no sabía si mirarlo, si quitarse de encima, no sabía que hacer.

Kenny la alejó de su cuerpo decidiendo acariciar su cabello con dulzura, seguido de un beso suave en la frente.

-¿Quieres intentarlo de nuevo? Ya sabes, ser pareja.

Las de ambos hervían del nerviosismo, Kenny esperaba ansioso una respuesta mientras entrelazaban su manos con ternura a lo que Cartman respondió con un beso amoroso en la frente, cada mejilla, ojos y sus labios, para al final separarse sonriendo emocionada con unas tantas lágrimas.

-Pero...-aún manteniendo el agarre dejó de mirarlo a los ojos- si encuentras a alguien mejor que yo... prométeme que tú la elijas en lugar mío.

Kenny se preocupó por lo que escuchó, su dulce amada estaba cada vez más insegura, suspiró tranquilo levantándola en brazos dirigiéndose a las camas de aquel otro cuarto que habían visto antes, recostándola gentilmente quedando encima de ella besando todas las partes de su cuerpo dando suspiros llenos de lujuria.

-Eres hermosa Erika, toda tú lo eres.

Acaricio lentamente su rostro, delineó su cuello hasta bajar a sus pechos presionando sus preciosos pezones mientras su mano libre acariciaba su estómago hasta llegar a su dulce y humeda cavidad introduciendo con cuidado uno, dos hasta tres dedos. El sonrojo de Kenny lo hacía hervir junto con su dolorosa erección, dejó de tocarla para darse atención a si mismo dando inicio a un caliente beso. Gemidos, suspiros se quedaban atrapados en sus besos sucios.

-Kenny... no puedo más-sus dulces gemidos encendían al rubio- hazlo ya.

Sin pensar más las cosas, entró en la chica que se sentía en el cielo, hasta que, después de un rato ambos llegaran al clímax. Cuando ambos estaban tranquilos abrazados con tanto cariño hasta que ella decidió hablar.

-y... ¿Qué somos ahora?

Kenny suspiró agotado, se sentó en la cama y la tomó por los hombros, besando de forma lenta y amorosa aquellos carnosos labios.

-Creí que, al haber echo esto contigo lo tomarías como que ya somos pareja-Erika lloró abrazada a su amado que aún no lo creía- Te amo Erika Cartman y yo, te protegeré ante todos los idiotas que quieran hacerte daño.

Y así, la dulce pareja afrontó cualquier problema que llegara a suceder, no importaba lo que sucediera, siempre estarían juntos.

Esto es una basura :c
Y es todo finalmente.

Estoy SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora