Spero. [ilusión]

Cadena Lugares: Departamento.

Abrió sus ojos con parsimonia, nuevamente se había quedado dormido. No podía entender como Kaneki Ken le había convencido de comprar ese reloj despertador, el cual no servía ni para trabar la puerta del baño, la cual se abría por si sola acompañada de un chirrido espeluznante.

En un principio, Kaneki le había mencionado que un fantasma seguramente lo estaba acechando, por lo que el dueño de las hebras anaranjadas, se aterró como nunca antes.

Luego de comprobar que el problema de la puerta, consistía en las bisagras vencidas, oxidadas por demás, no pudo más que carcajear aliviado de no ser perseguido por algún espíritu enfurecido, como esos que aparecen en las películas de terror que tanto le gustan ver a Nishio-sempai.

Pero Hide, calló en cuenta de que hace bastante tiempo la puerta del baño no se abría por sí sola, ni que los gritos de él ya no se escuchaban, tampoco se encontraba la voz de Kaneki resonando en el abismo de una habitación, ahora, estampada de fotos monocromáticas e informes indicativos de una actividad que temía investigar en profundidad.

Porque la risa tímida de Kaneki ken se había esfumado y Hide sentía decaer. Decaía cada vez que se le olvidaba un detalle, un cuento de la niñez, o un simple deseo formulado mirando las estrellas.

Entonces, entiende que Kaneki siempre había estado junto a él y viceversa. Porque aunque él pareciera ser el más fuerte de los dos, era Kaneki quien siempre lograba animarlo en cualquier situación.

Las sombras se movían en constante vibración, mientras Hide toma asiento en el suelo de su habitación, creyendo verse junto a ese amigo, hermano; contar chistes y hacer bromas estúpidas sobre cosas que él hacía de cuenta que no comprendía y así por fin ver a Kaneki reír risueño.

Estando el lamento flotando en el aire espeso de la habitación compacta, repitiendo con la voz quebrada: "— Kaneki regresa por favor". Y una lagrima se asemejo al decanto de una stella.

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