Tormentas

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Me enseñaste que quien se quiere quedar, se queda

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Me enseñaste que quien se quiere quedar, se queda.
Que los abrazos no siempre reconfortan,
que algunos duelen.

Yo tenía esa manía extraña de meterme en tormentas
sin planear la calma,
quise creer que tú llegarías a ser mi calma.
Quise querer que lo serías.

Me equivoqué.

Fuiste una tormenta más en mi vida.
O fuimos.
Porque yo no dejaba de aferrarme a ti,
y te juro que no tuve miedo de hundirme,
no con tu mano rozándome el corazón,
ni con tus ojos mirándome con dulzura.

Entonces la tormenta hizo de las suyas.
Arrasó con todo.

Después vinieron los días de calma,
los días de pensar,
de aprender.

Porque me enseñaste que quien se quiere quedar, se queda.
Y tú te fuiste.

Y tú te fuiste

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El baile de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora