Mentiras que parecen verdad.

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Pov Mina.


Mi corazón latía tan fuerte que pensaba que saldría de mi pecho justo ahora, como mentirle a mi hermana, como hacer que crea tal locura.
¿Que el amor de mi vida aparecio así de repente en un centro comercial? Por favor.

-¿Mina?.- Preguntó mi pequeña hermana algo preocupada al ver que dejé de pronunciar palabras.

-Lo siento me distraje.- Sonreí al igual que ella.

-Bueno no es raro.- Dijo en burla provocando mi risa. -Entonces, que era eso tan importante que debías decirme?.

"Es ahora o nunca"

-¿Que pensarías si te dijera que, encontré a mi amiga del orfanato?. -Chae se quedó paralizada unos segundos, me asusté, no salían palabras, no articulaba ni un gesto. -¿Chae?...¿Que pasa?.

-¡OH DIOS MIO!.- Chilló dando brinquitos en la cama con una sonrisa de oreja a oreja haciendo ver sus lindos hoyuelos. -¡Sabía que era ella! ¡Mina! ¡SABÍA QUE ERA ELLAAA!.- No entendía nada, me abrazó y besó mi mejilla dejandome más confundida aún.

-Chae, ¡CHAE! tranquila de que hablas?.- sin dejar de festejar la pequeña se acomodo en la cama y tomó mi mano.

-Si! Sabía que Nayeon había regresado a buscarte y te encontró.-Sonrió llevando su mirada a la ventana que daba al pasillo, la unica que estaba ahí era Im, nadie más...

Había sido más facil de lo que pensé hacerla creer que era ella.

-Quiero que lo tomes con calma y no te alteres demasiado no es bueno para ti.-Dije haciendo que ella solo asintiera.

-Bien, ahora ¿no la dejaras pasar?.- Pregunto

-Si, pero primero, ¿como supiste?.- Quería que se escuchara los más creible posible, aunque ella ya está muy convencida.

-Lo había dudado, se que era casí imposibe que apareciera tan facil, pero a veces las veo como se miran, como hablan, ustedes dos se ven igual a mamá y papá cuando están juntos, no se nada de amor, pero lo de ustedes lo es.- Su bella sonrisa seguía ahí, estaba feliz de que Chae lo estuviera, pero...¿Amor? ¿por alguien que no es mi Nayeon? ¿puede si quiera ser eso posible? ¿La estoy superando? miles de preguntas abundaban en me cabeza y ni una sola tenía.

-Pero hermanita, ¿por qué estás tan feliz?.- Siempre pensé que le alegraría pero no creí que demasiado.

-Mina, sabes que tu dolor siempre fue mio, odiaba verte llorar y no poder hacer nada ¿que podía hacer una niña como yo? ni siquiera salvar mi vida puedo...-sentí mi pecho estrujarse con sus ultimas palabras. -Desde que ella volvío cambiaste, eres más fuerte, siempre sonries, con ella eres más feliz.- Sonrió jugando con los botones de su bata.

-Siempré fui feliz, como alguien no lo sería teniendo un dolor de cabeza como hermana.- Reí reteniendo unas lagrimas que amenazaban con salir.

-¿Puede pasar? Tengo que agradecerle que te quito lo amargada.- entrecerré los ojos siendo dramatica ante su comentario.

Me levanté de la silla caminé hasta la puerta saliendo de la habitación.
Y ahí estaba, esperando en una banca, su cabello caía por sus hombros, su perfecto rostro brillaba con la luz, sus mejillas lijeramente rosadas y esos ojos que me hacían sentir viva.

-¿Mina?.- Salí de mi trance y aclaré un poco mi garganta.

-Quiere que entres.- lleve una mano a mi nuca, con la otra abrí la puerta haciendo una seña para que entrara.

Se detuvo frente a mi soltando un suspiro. -Mina, no se si pueda hacerlo... mentirle.-Bajo la cabeza, cerré la puerta un poco y tomé sus dos manos.
¿Por que siempre están frías?.- Sostuvo mejor mis manos entre las de ella, sentí la calidez de su piel queriendo nunca separarme de ella.

The moon and you. (Minayeon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora