*Narra María*
Tres minutos...
Estoy despierta hace dos horas mirando el techo ¿Cuándo se va a acabar esta tortura?
Dos minutos...
Pero por fin voy a irme. Por fin estaré lejos de aquí, podré empezar de cero.
Un minuto...
Quizás así esto termine. Ansío la llegada de aquel futuro donde puedo volver a ser feliz.
El despertador suena, son las ocho de la mañana. Lo apago y me levanto de mi cama. No recuerdo la última vez que un despertador me haya arruinado el sueño.
Estoy en pijama, uno muy bonito. Siempre fui muy fan de ellos desde que soy niña, me hacen sentir muy cómoda.
Sin embargo, el mundo exterior me espera. Lugar donde no hay comodidad, donde los pijamas están mal vistos.
Es lunes, odio los lunes. Ya sé, todo el mundo los odia, pero mi odio es especial.
Hoy es el último día, el último lunes. Me voy de aquí, lejos; donde los miedos no me persigan y pueda descansar en paz. No soporto tener que ver la misma ciudad siempre, las mismas personas, mismos recuerdos.
Voy al baño a ducharme. Me reflejo semidesnuda frente al espejo y no puedo evitar mirarme, observarme de arriba a abajo. No tengo complejos con mi cuerpo; antes lo odiaba, ahora lo acepto. Mi único problema es mi carita de niña, siento que moriré sin saber cómo sería mi cara sin parecerme a Heidi.
Pierdo el tiempo quejándome de esto, mejor me meto a la ducha y me callo. Antes de hacerlo, debo ambientar el baño. Aquellos que se bañan sin música, ¿en realidad se están bañando?
Titubeo entre las playlist de mi Spotify hasta que decido recurrir a lo de siempre, Queen. Amo esa banda, sin ellos, mi adolescencia no hubiese sido la misma.
Me sumerjo en el agua casi hirviendo al ritmo de "I'm Going Slightly Mad".
Estoy cada vez más cerca de la locura. Aunque... ¿Quién no lo está?
Pero no me refiero al tipo de loco peligroso que corre desnudo por las calles. Esos tipos manejan una locura extrema.
Me refiero al tipo de loco al que se refiere Freddie, aquel loco que se convierte en uno en base a lo que le ocurre. Un cuerdo consciente de que se está convirtiendo en un loco, pero que siempre mantendrá aquella cordura maquillada con destellos de locura.
No sé qué estoy diciendo, a penas acabo de levantarme, mi cerebro necesita entrar en órbita. Quisiera ser un árbol de bananas y no preocuparme por nada más.
Salgo de mi relajante baño de 20 minutos, tomo una toalla y me miro nuevamente al espejo. No puedo evitar exclamar:
"Eres la mejor, sin dudas la mejor. Un desliz lo puede tener cualquiera. Solo no te permitas seguir cayendo"
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El caso del Motel
Mistério / SuspenseEsta historia trata sobre dos increíbles detectives, Teo y María. Dos jóvenes que poseen una capacidad imprecionante para resolver crímenes. Ante ellos se presentará el que, probablemente sea, el caso más difícil de sus vidas. ¿Podrán resolverlo?