Capítulo 6: Revelaciones Parte II

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- ¿Qué esperas?- me cuestiona ella sacándome de mi mente
- ¿A qué te refieres?- por favor que no sea lo que creo
- Prometiste que me contarias tú historia ¿quién eres?- maldición ¿Por qué la suerte no puede estar de mi lado una vez?
- Ahhh.... yo..... pues- ¿estoy tartamudeando? ¿qué rayos me sucede?
- Acabaste con esos hombres sin siquiera sudar, realmente fue increíble
- Si, supongo que si, fue simple suerte
- ¡No me mientas Damian!
- ¿Por qué crees que te miento?
- Por la respuesta que me acabas de dar y al verte los ojos, luego de que los dejaras en el suelo.....para ti no fue algo extraño, se que fue completamente común para ti. ¿Qué eres?
-...
- ¿Un policía?
-...
- ¿Alguien entrenado por una organizacio, un asesino?- no está muy lejos de la respuesta.
-...
- Dios dime algo- parece que está enojada
- Ana....creo que hay cosas que es mejor que no sepas por tu bien.

Su expresión es aún más fuerte, definitivamente está furiosa; aparta su mirada de mi, cierra los ojos queriendo asimilar lo que acabo de decirle. Me gustaría saber en que está pensando, abre los ojos de golpe y pronuncia con mucha seriedad "fue un gusto conocerte Damian" se levanta de golpe de la mesa llendose directo a la salida.

"¡Ana espera!" Me levanto lo más rápido que puedo, pero entonces el mareo vuelve, no me encuentro bien pero tengo que alcanzarla antes de que ya no me pueda mover, recuerdo el precio de los tragos, dejó el monto total junto con la propina para la camarera, al salir no la veo por ningún lado "Diablos" pienso "no utilices los ojos para buscarla" cierto, su aroma, aunque esté nevando puedo detectarlo. Cierro los ojos y dejó que mi olfato la localice.

Ya lo tengo, me encaminó a seguir el rastro, siento mi cuerpo pesado "¡VAMOS IMBÉCIL MUÉVETE!" saco fuerzas de donde puedo y corro creo que se adónde está llendo, ¿por qué querrá volver allí?, espero que no sea para terminar lo que empezó, no es muy lejos tengo que darme prisa. Corro mientras pienso en todo lo que ha pasado esta noche e intento encontrar el porqué la sigo, acabo de conocerla, la protegí y ahora la persigo a pesar de que no quiere verme, ¿de verdad me importa tanto una simple chica?, "no es una simple chica, al menos no para ti" es cierto no lo es, ¿acaso es esto amor o sólo es un deseo muy fuerte? Sea lo que sea no pienso dejar que algo malo le pase.

Logró divisarla cuando me encuentro a unos 10 metros de su posición, estoy tan agotado que mi visión no está ni a la mitad de su capacidad máxima, por lo menos mi olfato no me defraudó, dejó de correr al estar a más o menos 6 de ella y comienzo a acercarme a un paso normal, de nuevo aquí, de nuevo en el puente, sólo que está vez no está parada en el barandal, veo que tiene sus brazos cruzados sobre este y su mirada está clavada en el horizonte llena de lágrimas, como si esperará un milagro a lo lejos, creo que no se percata que me acerco a ella.

- Lo siento- le digo al llegar a su lado, ella se da cuenta de mi presencia y voltea a verme algo sorprendida
- ¿Cómo supiste donde estaba?- me pregunta mientras se limpia las lágrimas
- Ana yo....- Oh no se me nubla la vista y me duele la cabeza, me llevo la mano a la frente sosteniendola y al mismo tiempo cubriendo mis ojos
- ¿Estás bien?- su tono parece de preocupación
- Yo....

Ya no puedo más, me desplomó como un castillo de naipes, caigo sobre mi pecho y cara, lo último que escucho es a Ana gritando mi nombre luego nada, simple oscuridad, un enorme agujero negro.

- "Arriesgar tu vida de esa forma, jum que estupidez"
- "¿Estoy muerto?"
- "Aún no, pero si no despiertas ahora y te alimentas, no duraras mucho"
- "¿Dónde estoy?"
- "Deja de hablar con preguntas, abre los ojos ahora"

Lo hago, mi vista está borrosa, parpadeo un par de veces hasta lograr enfocarla, no reconozco lo que veo, intento levantar mi tronco, estoy lleno de mantas y sábanas.

- Despertaste- se abalanzó sobre mi cuerpo rápidamente abrazandome- estaba tan asustada
- Ana, ¿Qué pasó, dónde estoy?
- Te demayaste de la nada, no supe que hacer, fui y busqué un taxi lo más rápido que pude, le dije al conductor lo que sucedió y me ayudó a subirte al auto y estamos en mi apartamento, creí que sería mejor que un hospital, por lo menos hasta que despertaras
- Entiendo ahhh- me quejo de dolor llevando mi mano a mi cabeza
- ¿Qué te pasa?
- Sólo....estoy algo.....debil- me cuesta respirar- tengo....que irme
- No, en tu estado actual no puedo permitirlo Damian
- Tú no puedes hacer nada.....para ayudarme
- Claro que si, pideme lo que necesites
- Ana....no
- Dime, dime que necesitas por favor- "si no lo haces ahora sabes lo que pasará, no tienes elección"- ¿Qué tiene tu ojo, por qué se puso así?- Ay no está empezando
- Dame tu brazo...por favor
- ¡¿QUE?!- está asustada
- Por favor Ana, rápido.

Fue lástima, quizás amor o quizás curiosidad de lo que podría pasar, no se que fue exactamente, pero al final lo hizo, extendió su brazo frente a mí, me apresure a tomarlo y morderlo "Aaaahhh" gritó por el dolor apartando su cara y llevando a su boca su mano libre para ahogar el sonido. Su sangre es tan dulce, al beberla puedo sentir como me recupero casi al instante, es suficiente "No, sigue, bebela toda, déjala seca, que su vida alimente la tuya" un impulso intenta apoderarse de mi "JAMÁS" la suelto rapidamente comenzando a respirar muy agitado tratando de recuperar el aire, al verla está sorprendida.

Nos miramos por unos instantes sin decir nada, mis ojos buscando respuestas en los suyos, noto sorpresa, consternación, pero por más que busco no veo miedo, no está asustada de mi, no pasa mucho tiempo pero el silencio se vuelve incómodo y es ella quien decide romperlo

- Tu.....tu ojo volvió a la normalidad
- Ah si
- Puedo decir que esperaba muchas cosas pero no esto
- Lo siento....yo....creo que es mejor irme
- ¿Por qué?
- ¿Ahh?
- ¿Entonces de eso se trata, bebés mi sangre y luego te largas?
- Oye no...
- ¿A cuántas más se los haz hecho?
- ...
- ¿Qué número de la lista soy?
- ¡YA BASTA!
- ...- Me levanto rápidamente del sofá y la tomó del brazo haciendo que me siga- ¿Qué haces, a donde me llevas?
- ¿Tienes un botiquín?
- Si, en el baño
- ¿Dónde?
- Por el pasillo, primera puerta a la izquierda
- Muy bien

Me dirijo hacia allí halandola, llegó y enciendo la luz, no es muy espacioso, bajo la tapa del retrete "siéntate ahí" le ordenó a lo cual no se niega, busco en los cajones arriba del lavabo hasta encontrar el botiquín, lo abro y puedo ver que está todo lo que necesito, tomo un trozo de algodón, lo mojo con el alcohol y me agacho frente a ella.

- Dame tu brazo
- Eso me ardera
- Vamos es por tu bien- duda por un momento pero al final accede, comienzo a frotarlo sobre la marca de mi mordida
- ¡DÍOS!- mueve su brazo tratando de zafarse
- Quieta
- Eso duele enserio Damian
- Lo sé, ya pasará

Sigo en mi cometido limpiando bien la herida, por lo que veo no hay hemorragia, lo cual es bueno, desechó el algodón en un cesto a mi lado, tomó unas vendas del botiquín y comienzo a pasarlas alrededor de la herida.

- Lo haces bien- me felicita
- Gracias
- ¿Cómo aprendiste?
- Un amigo me enseñó hace mucho
- ¿Qué edad tienes?- vaya cambio de tema
- 24 y ¿tú?
- 22
- Bien

Al terminar de venderla, ella toma mi cara entre sus manos y me besa, la recibo sin ningún problema, no dura mucho, recojo todo y lo pongo de nuevo en su lugar "ven" le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse, ella la acepta, al salir apago la luz y volvemos de nuevo a la sala.

- ¿Dónde está mi chaqueta?- le preguntó ya que no la traigo puesta y no la veo entre las sábanas que tenía puestas
- En ese perchero al lado de la puerta- me lo señala y ahí puedo verla colgada junto al abrigo que tenía ella puesto- pero no creo que la necesites
- ¿A qué te refieres?
- Tu temperatura ya subió, cuando te desmayaste estabas demasiado frío y palido, si no fuera porque te veía respirar hubiera creído que estabas muerto
- Lamento haberte causado tantos problemas- me acerco al perchero y tomó ambas cosas, le lanzó el abrigo- pontelo
- ¿Para qué?
- Según mi reloj son las 11:45 pm, haciendo cuentas dormí casi tres horas
- Si ¿y eso que?
- Aún hay tiempo
- ¿Para qué?
- Tú querías saber quién era ¿no?
- Si
- Bueno supongo que después de lo que acaba de pasar tienes una idea, así que te lo enseñaré, vamos

Despues de escucharme se pone rapido su abrigo, abro la puerta y salgo a la calle, veo que está desierta, perfecto no hay ninguna distracción, ni tampoco testigos, se que después de lo que le mostraré no habrá marcha atrás, sólo espero que no vaya a odiarme o temerme, enserio deseo que eso no pase.

Si Fuera Tu VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora