SÁBADO
Caminaba con Cole por un parque, es una tarde ligeramente soleada, es la clase de calidez que hay luego de un largo día en la playa cuando ya todos se están yendo y los últimos rayos calientan solo un poco el ambiente pero ya sin tanta fuerza como para seguir bronceándote la piel.
– No hay muchas personas ¿Cómo se supone que captaremos algo feliz?– pregunte algo decepcionada ya que llevábamos media hora caminando y aun no encontrábamos a alguien riendo o mostrando algún signo de felicidad para fotografiar.
– Tengo un buen presentimiento, sigamos caminando un poco más ¿sí? – dijo él mirándome de una forma que no supe interpretar.
– Esta bien– le respondí no muy confiada.
Entramos a un sendero que tenía muchos árboles a los lados que se movían con el viento, el sonido del vaivén de las ramas le daba al lugar un toque relajante. Llegamos a una parte en la que no se veía bien que había adelante y de la nada Cole me miro y sonrió mientras tomaba mi mano, provocando una corriente que fue por todo mi brazo hasta el pecho, y me jalo para empezar a correr en una dirección desconocida para mí.
Luego de unos minutos empecé a escuchar que el silencio era reemplazado por un murmullo que fue aumentando hasta que se convirtieron en risas y gritos por doquier.
Era una fiesta de cumpleaños.
Habían globos de todos los tonos rosa que podían existir, varias mesas repletas de comida de todo tipo, refrescos ubicados en otra y en la última estaban los regalos apilados uno encima del otro.
Mire a Cole confundida cuando nos detuvimos a unos metros de toda la gente que había, realmente me incomodaban las situaciones en las que no sabía que sucedía y menos cuando habían tantas personas mirándome porque ¿quién no iba a mirar a una extraña que se acercaba súbitamente a un grupo de niños de entre los arboles?... exacto, nadie.
– Es el cumpleaños de mi primita, Olivia... pensé que sería la oportunidad perfecta ya que lo que más se ve cuando hay niños, aparte de desorden, es felicidad y más en una fiesta– me dijo tratando de explicarme.
Tenía toda la razón, era la situación ideal pero... mi ansiedad a ser notada o simplemente vista por personas que no conocía me abrumaba provocándome ganas de huir de allí.
Trate de justificarme diciendo – Es... es que no soy muy buena con los niños– y en parte era cierto ya que al ser hija única nunca he tenido que lidiar con alguien con menos edad que yo y solo con algunos infantes lograba entenderme pero del resto no podía aguantar mucho tiempo junto a las preguntas sin parar y las ganas incesantes de jugar que los pequeños tienen.
Me sonrió comprensivamente y dijo – No te preocupes Gabbe, yo ya tenía intenciones de encargarme de las fotos esta vez porque la mayoría de las personas que están aquí son mi familia y pueden ser algo... difíciles, por así decirlo– y luego hizo una mueca mientras se frotaba la nuca mirando hacia las personas reunidas hablando animadamente aun sin notar nuestra presencia.
– Solo me ponen nerviosa pero igual te ayudare, somos un equipo, no te dejare todo el trabajo a ti– le dije decidida.
– Entonces... ¿Yo fotografió y tú guardas provisiones de la mesa de bocadillos para luego? ¿Trato? – me dijo mirándome divertido mientras extendía su mano para sellar el acuerdo.
– Trato– le respondí mientras aceptaba su mano y la estrechaba, una ya usual corriente me invadió y luego de unos segundos Cole me sonrió mientras me decía en un susurro –Vamos.
Empezamos a caminar hacia las personas y divise a entre la multitud a la abuela de Cole, la señora Harrison y un pequeño alivio se extendió por todo mi cuerpo, al menos no estaría sola mientras Cole tomaba las fotos. Dejamos nuestras cosas en unas sillas junto a una mesa en el fondo luego de que él me presentara rápidamente a las personas que estaban allí presentes, todos se mostraron amables pero algo en la mayoría de sus sonrisas me transmitían cierta frialdad y rechazo, como si no fuésemos bienvenidos realmente y solo sobráramos.
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Heterocromía (EN PAUSA)
RomantikTodos los días vemos a cientos de personas, interactuamos con la mayoría de ellas y casi siempre formamos parte de sus vidas así como ellos forman parte de la nuestra pero... ¿Qué tanto conocemos a alguien en realidad? La vida está llena de personas...