-(Al otro día)-
-Volví a casa y eran ya casi las 7:00 de la mañana, al parecer Juan no se dió cuenta ni tampoco a venido a mi cuarto, así que me di una ducha, tomé algo para el dolor de cabeza y fue a dormir un poco. Las horas pasaron y ya eran las 13:00 pm, cuando Juan Luis me llamó para almorzar-
Juan: Diana! -grito-
Diana: No grites Dios mío -dije bajando de las escaleras mientras me agarraba de la cabeza y me sentaba en la mesa-
Juan: Que olor a alcohol -dijo tapando su nariz y mirándome- Abre tu maldita boca
Diana: ¿Piensas que tomé? -reí-
Juan: Ábrela -golpeo fuerte a la mesa-
Diana: -abrí mi boca y al hacerlo Juan se puso muy furioso-
Juan: ¿Que hiciste nena? -dijo casi gritando- ¿Dónde te fuiste ayer? ¿Con quién? ¿Y cuando?
Diana: No me grites -dije levantándome furiosa de la mesa y acercándome a él- Ayer me fui con mi novio ¿Algún problema? -conteste desafiante-
Juan: Ahhh -dijo rascando su nuca- ¿Te fuiste con ese mocoso? ¿Al final querés castigo? Lo tendrás... Nunca más saldrás de esta casa -dijo mientras agarraba mi brazo con fuerza-
Diana: No -grite entre lágrimas y me retiré del comedor-
- ¿En que momento se fue esta chica? ¿Cómo y cuándo lo hizo? Al parecer quiere ser grande muy rápido y apenas tiene 17 años -agarro su cabeza- ¿Cómo haré para controlar a esta chica? Cada vez que se acerca bastante a mí, sus labios llaman a los míos, seguramente esté loco ya que me hace renegar todos los santos días de mi vida, pero quiero que crezca despacio y con muchas cosas que vivirá pero lentamente y por eso la castigue de esta manera, así que mañana iré hablar con su novio ¿Mateo? muy bien no sé su nombre pero lo buscaré y le pondré órdenes-
