La sombra de la muerte(virgato)

2- Confuciones

Acaso es natural que una persona pueda sentirse así mirando a otra, creo que voy a enloquecer, el dolor horrible en mi estómago se hace muy molesto, intento ignorarlo pero me duele demasiado.

- ¿sucede algo?, no apartas la vista de mi y es como me incomoda un poco - se dirigió a mi, mirándome con esos ojos penetrantes.

Parpade varias veces tratando de recuperar el juicio, tratando de volver a la realidad y poder formular alguna respuesta creíble.

- perdona, es que… bueno… ¿como te sientes? - desvíe.

Frunció su ceño, dejo su celular a un lado, se sentó en la cama y me miró analizando.

Mordí mi labio inferior y dirigí mi mirada al suelo, nervioso.

- Christopher, ¿que te pasa?, sueles hablar todo el tiempo y no para por ningún motivo, te ríes por cualquier cosa o utilizas tu celular cuando no tienes nada que hacer, pero ahora estas como ido de lo que habitualmente haces, puedes decirme que es lo que te sucede - se había sentado en el suelo donde mi vista se había quedado clavada, haciendo que mis ojos conectaran con los suyos.

<tu eres la razón de lo que me pasa>

La expresión en su rostro era de una sorpresa increíble, al principio no entendí que que lo que había provocado que Joel reaccionaria así.

- ¿qu…que? - formuló con un notorio sonrojo.

Frunci mi ceño confundido, él en cambio relamió sus labios y mordió el inferior, fijando su vista en el suelo que en este momento parecía los más importante para ambos.

Segundos después caí en cuenta de lo que había pasado, había pensado en voz alta, otra vez.

Mordí mi labio tan fuerte que, tan pronto se partió, sentí el sabor metálico de la sangre sobre mis labios.

Joel levantó la vista y la dirigió a mis labios, de una manera tímida.

Se reincorporó del suelo y tomo un algodón de la mesita de alado de mi cama, se acercó, arrodillándose enfrente de mí, tirando de los brazos a tal punto que su rostro quedó muy cerca del mío.

- te sangra - dijo tímido, pasando el algodón mojado por mi labio inferior, causando un ardor insoportable.

Ahora que caigo, ¿en que momento había mojado el algodón?

- Chris, no te muevas - él había tomado mi mentón, obligándome a dejar mi cabeza quieta, pero alterando totalmente mis pensamientos.

Su vista se mantenía en mis labios, algo que me llegaba a incomodar ya que eso me incitaba a querer besar los suyos, estos se veían tan apetecibles y carnosos.

Sin quererlo volví a morder mi labio, ganándome una mirada de reproche por parte de Joel.

- lo siento - y mi vista cayó en sus labios.

- si vas a besarme haslo, no tienes que quedarte mirando mis labios así - era muy evidente y la tensión sexual se sentía a kilómetros.

- lo siento - repetí.

- no te disculpes por todo - dijo disgustado.

Hizo una mueca de decepción y volvió a fijar su vista en mis labios, ya quitando el algodón de este y observándolo, corroborando si la sangre ya no salía

<y si te beso, ¿que pasa?>

Sus ojos chocaron con los míos y me sentí indefenso, chiquito.

A simple vista Joel parecía ser el hombre perfecto, todo lo que uno puede llegar a desear, buen cuerpo, hermosos ojos, labios carnosos, cabello suave, rostro bien cuidado, sonriente, algo tímido pero seguro, valiente, no se rinde fácil, es positivo y muchas cosas más, que si lo describiera, me llevaría un día entero.