SEGUNDO
—¡Karl! —Orson no se soltó de los pies que Karl aunque él caminaba de tal forma que pudiera golpear al mayor. —¡Te daré mi bendición para que te cases con Totoko y te divorcies un año después! ¡O mi cinta de The Beatles! ¡Lo que quieras. —El menor de ellos sólo ignoró las súplicas del infantil pero comenzaba a dolerle la pierna. Quizás su pantalón nuevo estaba empapado de las lágrimas de Orson. —¡Karl! ¡Eres mi mejor amigo!
—Sí, y como tu mejor amigo te recomiendo que busques a alguien más atlético que yo para tu equipo. —Karl se giró y dio un brinco hacia la espalda de Orson logrando sacarle el aire de los pulmones y, gracias a Dios, que le soltara. Se alejó lo suficiente para que el mayor no volviera a agarrarlo, pero este, con una lágrima en su ojo puso cara de borreguito. Karl ni siquiera sintió pena. Apretó la correa de su mochila y siguió su camino en dirección a la clase de física.
—¡Karl! —Orson comenzó a gatear hasta alcanzar al chico de la camisa azul y comenzó a dar vueltas por todo el suelo lloriqueando como un bebé. —¡Karl, por favor, Karl!
—No... —Karl estaba fastidiado. A pesar de que apenas era la segunda hora del día, Orson ya había logrado derramar, por no decir inundar, el vaso que representaba su paciencia.
Aunque el día anterior había estado tranquilo respecto al tema, esa mañana había caído una cubeta de agua congelada, quizás un glaciar, sobre la cabezota de Orson, y ahora entendía que en realidad no tenía amigos, o conocidos, que pudieran apoyarle en la carrera. La única persona con la que pasaba algunas horas del día era Karl, a quien había conocido en secundaria y congeniaron por tener una adicción fuerte con The Godfather. Ambos habían decidido crear un club de fans al que nadie pidió entrar y que fue cerrado después de haberlos encontrado viendo una película porno en donde argumentaron era necesaria como "educación sexual", aunque en realidad estaban discutiendo sobre si las tetas de esa actriz estaban parejas o una era más grande que la otra. Nunca llegaron a una conclusión, aunque Orson escribió un ensayo, que nadie pidió, para argumentar que precisamente una era más grande que la otra. Karl estaba en desacuerdo.
Karl siguió su camino siendo perseguido por el mayor mientras que este le bailaba alrededor y gritaba su nombre una y otra vez. Suspiró cansado y miró al cielo preguntándose por qué tuvo que haberse convertido en su amigo. Más bien, preguntándose por qué el destino los puso en el mismo camino. Llegó al aula 307 y antes de que pudiera entrar, Orson se inclinó entre la puerta y él.
—Por el amor de Dios, buda, Hitler, incluso satanás, quien sea que me escuche. —Suplicó Karl que estaba a punto de patear a Orson. —Déjame entrar a clases.
—Podrás implorarle incluso al gran trasero de Homura, pero no dejaré de fastidiarte hasta que te unas a mi equipo. —Le contraduijo Orson. Karl se sonrojó y miró alrededor esperando que nadie haya escuchado eso.
—Deja de etiquetar las partes de las chicas de la escuela como dioses. —Karl se arrodilló y abrazó sus piernas delante de Orson cubierto de lágrimas y mocos. —Nos meterás en un problema sólo por estar de lascivo.
—No estaría en este embrollo si no hubieras denigrado mi cómic con tal osadía. —Susurró Orson.
—Ni siquiera debes de saber qué significa osadía. —Dijo Karl para desviar la plática.
—Vamos, Karl... —Orson tomó los hombros de su amigo y le sacudió. Ambos se levantaron cuando Orson se separó y juntó sus manos delante de él para seguir suplicando. —No puedes dejarme solo en esto... además, eres bueno en deportes, no puedes decirme que no.
—No, no soy bueno.
—No puedes mentirme. Tu madre dice que haces cien lagartijas diarias para conquistar a las chicas. —Karl maldijo en sus adentros. Luego hablaría con su madre. —Y también me contó que estuviste en basquetbol en el verano y gracias a ti ganaron la competencia entre campamentos.
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El club de los perdedores || Osomatsu-san
FanfictionOrson es uno de los mayores perdedores de la escuela. Tras una pelea con el club de fútbol, el amenaza con ganarles incluso en la Copa deportiva de la preparatoria Akatsuka. Al darse cuenta del error, de que él no tiene equipo en realidad, tiene que...