Sentí los rayos del sol calentando mi piel y una leve sensación de tener mi mejilla húmeda.
Me levanté con pereza y me estiré, froté mi cara con mis manos para retirar la baba que se había escurrido por mi mejilla durante la noche.¿Qué hora sería?, Volteé mi cabeza levemente hasta mirar el pequeño reloj digital en mi mesa de noche.
¿¡Las 6:45!?, ¿Acaso no había escuchado la alarma?
Maldición, iba retrasado. Si llegaba tarde una vez más era seguro que me iban a levantar una suspensión, la última antes de que me expulsaran de la universidad.Tomé con prisa una playera que ni siquiera tuve la oportunidad de revisar, me puse a prisa un pantalón con rupturas como diseño y unos tenis negros.
Bajé las escaleras y me salté por lo menos los últimos 5 escalones.
La cocina olía a tocino y huevo, waffles con miel y café.Mi madre estaba de espaldas a la mesa preparando un omelette y mi otra madre estaba sentada tomando café en su gran taza y mordiendo a ciegas una galleta de chispas, mientras que estaba leyendo algunos papeles que si tuviese que adivinar diría que son deudas.
Me senté frente al plato con un emparedado de jamón con queso derretido partido en dos triángulos.
-¿No es un poco tarde?
Mi madre dió otro sorbo a su café y levanto la mirada de los papeles para observarme
-Voy a buena hora
Mentí y le dí un trago a mi vaso con jugo
Una vez que terminé mi almuerzo más rápido de lo que mi estómago pudo digerir, me levanté, agarré mi mochila del suelo junto a la puerta y tomé mi bicicleta.
Llegué justo cuando dieron el timbre de entrada.
Puse el candado a mi bicicleta apurado y entré corriendo hasta alcanzar a los demás alumnos que se iban separando en sus respectivas aulas.Una vez que llegué a mi banco me senté con la respiración un tanto agitada y cerré mis ojos tratando de desacelerar mi corazón.
Unas manos tomaron mi rostro y antes de siquiera poder abrir los ojos me encontré envuelto en los labios de Joseph.Joseph era mi novio. Llevábamos poco más de tres años juntos y habíamos llevado una linda relación.
Él era un chico alto con el cabello rubio, con un cuerpo bien trabajado y una linda sonrísa que podría enamorar a cualquier chico de la escuela.
Mientras que yo era pelirrojo, más bajito que él, con algunas pecas en mis pómulos y en el puente de la nariz, no era del todo delgado pero si mucho más flaco que él.Joseph era uno de los poco chicos más codiciados de la escuela, pero por alguna razón un día se me acercó y me pidió salir con él. Al principio creí que era una broma, puesto que yo no encajaba ni en lo más mínimo en su lista de pretendientes.
Mis lentes se empañaron lentamente, hasta que nos separamos de nuestro lento y apasionado beso.
-Por un momento creí que tendría que ir por tí a tu casa
Bromeó y me sonrió
-Sí bueno, creo que me quedé hasta tarde jugando
Dije sonriendo mientras me concentraba en limpiar los cristales de mis lentes.
Dejó un chocolate en mi mesa con una nota.
"Saldremos esta noche. Ya pedí permiso a tus madres"
Me volví en dirección a su lugar y estaba hablando con unos amigos, pero de reojo sabía que estaba mirándome con una sonrísa juguetona.Al cabo de unos 20 minutos entró el profesor Smith
-Jóvenes, buenos días
Dijo mientras se instalaba en su escritorio
-Alguien nuevo se integra hoy y espero que sean respetuosos
Hizo un ademán con la mano y entró por la puerta una chica.
Era delgada, su piel era pálida y se notaba el pequeño rubor natural de sus mejillas, tenía ojos rasgados de un negro profundo como la noche, sus pestañas era largas pero sin exagerar y sus labios finos, su cabello no llegaba más allá de su barbilla y era rizado.
Llevaba un overol con una blusa azul nuboso por debajo, unos tenis planos y unos papeles que eran de inducción a la escuela.-Marlena, por favor toma asiento
El profesor Smith señaló el puesto junto a mí.
La aludida caminó en silencio hasta llegar junto a mí, me miró rápida y tímidamente antes de sentarse.
Sacó un cuaderno y una lapicera, unos lentes redondos y reposó su brazo derecho en el borde de la mesa, mientras que su mano izquierda le daba vueltas al lapicero.-Muy bien, ahora todos vamos a ir a la página 97
Pasé las páginas con rapidez hasta llegar a la señalada.
No podía dejar de ver por el rabillo del ojo a la chica de porcelana, se veía tranquila pero algo nerviosa.-Entonces, aquí podemos ver claramente como las células se reproducen, justo ahora analizamos las células cancerígenas...
Dejé de prestarle atención a la explicación.
No podía dejar de mirar disimuladamente a la chica a un lado mío.
De repente mis manos comenzaron a sudar, mi corazón se aceleró y apreté los labios, estoy seguro de que me estaba poniendo rojo. Creo que se dió cuenta porque volteó la cabeza y me miró con algo de timidez, me examinó y mantuvo la mirada en mis labios-Si sigues mordiendo con esa fuerza puedes terminar lastimandote, ¿Te encuentras bien?
Habló en un susurro para que el profesor no nos regañase
No podía responder, apenas si podía mirarla.
Asentí y relajé un poco mi mandíbulaElla sonrió levemente de lado y volvió la mirada a el vídeo que se proyectaba en el pizarrón.
Tragué con fuerza e inicié a hacer mis apuntes, tratando de evadir mis pensamientos y evitar mirarla.

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Heterofobia
RomanceOwen es un chico que tiene una vida normal, tiene a su novio Joseph quién ha sido su pareja por más de 3 años, sus dos madres tienen un matrimonio feliz y están esperando a otro hijo. Todo marcha con bien hasta que una chica se integra a su clase. D...